Mucho tiempo atrás, dos razas gobernaban la Tierra: los Humanos y los Monstruos. Una guerra, marcada por el miedo y la incomprensión, estalló entre ambos. Los humanos resultaron victoriosos. Con poderosa magia, sellaron a los monstruos bajo la superficie, atrapándolos en el Subsuelo, una vasta región bajo la montaña Ebott.
A lo largo de los años, los humanos olvidaron. La historia se convirtió en leyenda. Y la leyenda, en mito.
Pero algunos rumores seguían circulando: que nadie que escalara el monte Ebott regresaba jamás...
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Frisk cayó.
Sin gritos, sin resistencia. Solo un susurro de hojas secas amortiguando su llegada. El musgo brillante iluminaba tenuemente la cámara subteránea donde yacía ahora, con los ojos abiertos de par en par.
Era una niña de expresión tranquila, de mirada decidida. Aunque su ropa estaba un poco sucia por la caída, no había ni una herida en su cuerpo. Se incorporó lentamente, observando su alrededor.
Una voz suave, femenina, flotó por la habitación.
— "No temas…"
Frisk parpadeó, confundida. No había nadie allí. O al menos, nadie visible.
— "Soy Chara. Y no te haré daño…"
La voz parecía provenir de su propia mente, pero no era su pensamiento. Era algo distinto. Como si otra alma compartiera el mismo espacio.
Frisk se mantuvo en silencio, sin responder. Solo observó el corazón flotante frente a ella. Su ALMA. Vibraba con una tenue luz roja.
De pronto, una flor apareció.
— "¡Hola! ¡Soy Flowey! ¡Flowey la Flor!"
Su sonrisa era demasiado amplia. Su tono, artificial. Frisk no respondió.
— "Parece que eres nueva en el Subsuelo, ¿no? ¡Alguien debería enseñarte cómo funcionan las cosas por aquí!"
La flor guiñó un ojo, y una serie de pequeñas motas de luz flotaron hacia Frisk.
— "¿Ves esas bolitas? ¡Son LV! O 'LOVE' como decimos aquí. ¿No quieres un poco de amor?"
Pero Frisk, aunque inocente, no era ingenua. Algo en esa sonrisa la repelía.
Entonces escuchó la voz otra vez.
— "No confíes en él."
Frisk se movió instintivamente, esquivando el ataque disfrazado de "amor". Las bolitas explotaron al tocar el suelo, dejando un cráter chamuscado.
Flowey entrecerró los ojos, mostrando su verdadera forma, retorcida por la malicia.
— "Tsk… sabes más de lo que aparentas."
Antes de que pudiera lanzar otro ataque, una ráfaga de fuego surcó el aire y lo ahuyentó.
— "¡Qué criatura tan terrible, torturando a una alma inocente!"
Era una voz cálida, maternal. Una figura alta y con túnica púrpura emergió de la penumbra. Toriel, la cuidadora de las ruinas.
— "No temas, pequeña. Estoy aquí para protegerte."
Frisk fue guiada a través de las Ruinas. A cada paso, encontraba puzzles antiguos, placas grabadas con sabiduría de otra era, y señales de un mundo olvidado por los humanos. Toriel le enseñó pacientemente, protegiéndola, tratándola como una hija.
Pero Frisk no estaba sola.
En su interior, la presencia de Chara latía con calma. No era un parásito. No era una sombra. Era alguien que había vivido, muerto… y ahora volvía a ver ese mundo a través de los ojos de otra.
Chara no intentaba controlar a Frisk, ni influir en sus decisiones. Solo observaba. Recordaba. Y callaba.
Por ahora.
Toriel la llevó hasta una pequeña casa enclavada en la piedra. Dentro, el aroma de canela y caramelo flotaba en el aire. Frisk se sentó frente a la chimenea, sintiendo el calor subirle por las mejillas.
Toriel colocó una taza humeante sobre la mesa. Luego, se sentó junto a ella.
— "Hay algo que quiero preguntarte, niña humana. ¿Deseas quedarte aquí conmigo? ¡Podríamos vivir juntas, sin peligros, sin miedo!"
Frisk miró la taza. Luego miró sus manos.
No respondió.
Porque su corazón ya había decidido.
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[Menú de Estado - FRISK]
- HP: 20/20
- MP: 5/5
- ATK: 2
- DEF: 1
- Vel: 3
- LvL: 1
- Exp: 0/100
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Toriel quería protegerla. Pero Frisk sabía que no podía quedarse. No por egoísmo. No por capricho. Sino porque algo en su interior le decía que el Subsuelo la necesitaba.
Y también porque una presencia callada en su alma susurraba que esta vez, podría hacerse bien.
En cuanto Frisk abandonó la casa, Toriel se interpuso. Sus ojos estaban llenos de tristeza.
— "Debes entender… todos los humanos que han salido de las ruinas han muerto. No permitiré que seas otra."
No fue una pelea. Fue una decisión dolorosa. Frisk no luchó para dañarla, sino para mostrarle que seguiría adelante. Al final, Toriel la dejó pasar, con lágrimas en los ojos.
— "Además… siento que… ya has sido amada antes."
Frisk cruzó la puerta, y entró en el oscuro pasillo.
Frisk continuó su camino, sus pasos resonando en el oscuro pasillo que se extendía más allá de las Ruinas. Había algo inquietante en el aire, una sensación de que algo más aguardaba en las sombras.
Al avanzar, se dio cuenta de que había llegado a un área abierta, con varias puertas de piedra a los lados. Sin embargo, algo llamó su atención. En el centro del camino, una figura pequeña y esquelética apareció repentinamente, como si hubiera salido de la nada.
Era un esqueleto pequeño, con una sonrisa relajada y un brillo en los ojos que parecía irónico. Sans, Sans The Skeleton. Su postura era perezosa, como si no tuviera prisa por hacer nada, pero su mirada estaba fija en Frisk.
— "Hey, ¿qué tal? No me esperaba ver a alguien por aquí…" dijo con un tono desinteresado, mientras observaba a Frisk desde su lugar.
Frisk, cautelosa, lo observó de vuelta. No estaba segura de qué esperar, pero el ambiente parecía estar cargado de una extraña energía.
— "No es común ver humanos aquí abajo. ¿Cómo llegaste hasta aquí?" preguntó Sans, todavía con esa sonrisa relajada.
Frisk decidió no decir nada. El silencio parecía ser la respuesta más prudente. Sin embargo, Sans no parecía molesto.
— "Ah, bueno… Si no quieres hablar, no hay problema. A veces las cosas son mejores sin palabras."
Un largo silencio pasó mientras Frisk y Sans se observaban mutuamente. Sans parecía completamente despreocupado, pero algo en su actitud indicaba que estaba observando cada movimiento de Frisk.
De repente, la atmósfera cambió. Sans levantó un dedo como si le viniera una idea.
— "Oye… ¿Te gustaría hacer un pequeño… juego? Solo para ver si puedes esquivarlo." Sans hizo una ligera pausa antes de continuar. "Te advierto, puede que te cueste un poco, pero si eres buena, seguro lo lograrás."
Frisk se preparó. Sin previo aviso, Sans lanzó una serie de huesos en un patrón rápido. Eran simples, pero letales. Frisk esquivó uno, luego otro, y otro más, moviéndose ágilmente por el espacio.
Aunque Sans no tenía mucho poder ofensivo en comparación con otros monstruos, su habilidad para crear patrones complicados con sus ataques hacía que sus duelos fueran impredecibles.
Comienza el combate
Frisk se encontró en el campo de batalla, su ALMA brillando con intensidad. Sans se encontraba frente a ella, su cuerpo relajado, pero su mirada alerta.
Sans dejó escapar una pequeña risa.
— "Tranquila, no soy tan malo. Solo quiero ver cómo lo haces…" dijo en tono de broma.
De repente, los huesos comenzaron a llover sobre ella, formando un patrón que parecía difícil de esquivar. Frisk, sin embargo, se movió rápidamente, esquivando con habilidad cada uno de los proyectiles óseos que se dirigían hacia ella.
Sans no hacía mucho para complicar el combate. Solo lanzaba más huesos, pero su ritmo era lento y calculado, como si estuviera jugando con su oponente más que atacando de verdad. Aunque sus ataques no eran tan fuertes, el constante cambio en los patrones los hacía bastante difíciles de esquivar.
Frisk avanzó hacia Sans, pero antes de que pudiera hacer algo, los huesos comenzaron a concentrarse en un solo punto, creando una espiral alrededor de su ALMA. Frisk movió su corazón hacia un lado, esquivando con precisión mientras el peligro pasaba a su alrededor.
La batalla continuó durante varios turnos, Sans sin mostrar signos de agresividad real, pero también sin permitir que Frisk ganara sin esfuerzo. Cada ataque estaba diseñado para ponerla a prueba, para medir su destreza.
A pesar de la falta de poder de ataque directo, Sans utilizaba su habilidad de control de los huesos para crear patrones más complejos, lo que hacía el combate más desafiante. Frisk, aunque agotada, seguía evitando sus ataques con precisión.
Finalmente, después de una serie de ataques, Sans dejó de lanzar huesos y se cruzó de brazos, observando a Frisk con una mirada extraña.
— "Bueno, bueno… No esperaba que lo hicieras tan bien. Eso significa que tendrás que hacer esto más veces…" Sans dio un paso atrás y levantó las manos.
— "Estás haciendo un buen trabajo, pero…" dijo en tono más serio, "la batalla no ha terminado."
[Menú de Estado - SANS]
HP: 1/1
MP: 10/10
ATK: 1
DEF: 1
Vel: 3
Frisk no estaba segura de lo que seguiría, pero algo en la actitud de Sans decía que no era una batalla real, solo una prueba de habilidad. La batalla continuó, pero no hubo un final claro. Sans, con su actitud despreocupada, finalmente bajó la guardia.
— "Vaya, tienes agallas. Pero no creo que esto sea todo lo que puedas hacer."
Luego, Sans levantó los hombros.
— "Está bien, pequeña. No es el momento de hacer más. Quizás te vea más adelante. Ten cuidado por ahí, ¿eh?" Y sin más, desapareció en la oscuridad, dejando a Frisk con una sensación de incertidumbre.