—¡Todos, favor de guardar silencio inmediatamente! —gritó Aron fuertemente para callar a la multitud —. ¡Se les pidió mantener la calma, no me hagan gritar nuevamente!
Marily asintió hacia Aron, quien era el padre de Adam, para agradecer lo que acabada de hacer.
—Entiendo que se sientan angustiados, que sientan preocupación, pero por favor, lo que diremos ya se ha discutido antes, esto no es nada improvisado o algo de imprevisto —confesó Ailyn. Dar un poco de seguridad al pueblo era lo primordial, por lo que decir un poco de verdad no haría nada de mal a la situación —. Espero que dejen que la Señorita Marily siga comentándole sobre el tema.
La gente por muy poca que sea, sintieron un poco se seguridad ante las palabras de Ailyn. Saber que por lo menos ya la situación se había discutido de ante mano, los tranquilizaban un poco.
A pesar de eso, nada seguía impidiendo que sintieran preocupación.
—La amenaza que nos acecha se trata de un grupo de bandidos que andan saqueando y destruyendo los pueblos. Lamentablemente, un pueblo casi vecino nuestro, cayó completamente ante sus fechorías. Actualmente tenemos a una sola sobreviviente de ese dicho pueblo que nos acompaña en este momento —dijo Marily mientras señalaba de buena manera a Sara. Sara solo respondió con un saludo inclinándose un poco hacia la gente—. Ella, junto a su hija, lograron escapar a salvo y llegar aquí hace unos días para avisarnos.
La multitud empezó a observar a Sara, algunos con rostros tristes, otros con rostros sintiendo pena y pocos con rostro de miedo. Tenían miedo de pasar por una situación similar a la de ella.
—Estoy segura que se preguntarán porque razón no se vió por ningún lugar durante estos días. Bueno, la razón era porque tenía miedo de que hubiera un infiltrado en el pueblo y pudiera reconocerla, y aunque no llegara a reconocerla, aún así podría alertar a los otros bandidos sobre un cambio en la población y eso podría acelerar los planes de esos dichos bandidos saqueadores —comento Marily dando a entender la situación en la que se había encontrado Sara al llegar al pueblo—. Pero, antes de que se alarmen y empiecen a desconfiar el uno del otro, comprobamos de forma segura y con un método muy meticuloso que no había ningún infiltrado en nuestro pueblo, así que no hay necesidad de desconfiar de nadie y sentir más intranquilidad de la que tienen.
La gente sin duda ya estaban empezando a pensar mal de sus compañeros.
Tener un traidor entre ellos era sinónimo de auto destrucción y un final desastroso para ellos mismos. Un traidor infiltrado podría drenar información interna del pueblo y hacerle las cosas más fáciles a los bandidos que querían atacarlos.
Nada cambiaba igual si no había traidor. La gente ya se sentía muy intranquila y muy angustiada por la situación. Un pueblo ya había caído ante sus saqueos, nada quitaba que otros pueblos también hayan caído ante ellos.
¿Que los hacia diferentes de otros pueblos? Todos vivían y pasaban por la misma situación. Ningún pueblo que se encontraba en las líneas de la frontera de un condado mantenía el apoyo del conde, de ningún vizconde o incluso de un simple varón.
Esos gobiernos simplemente los dejaban abandonados a su suerte. No daban apoyo, no brindaban atención y tampoco daban ningúna pizca de seguridad de forma hipócrita para aparentar un buen servicio a sus ampliar tierras.
Pensar en todo eso, y que la supuesta amenaza de los bandidos los acechara, detonó toda inconformidad que sentían en su interior.
—¡cómo puede decir que nos mantengamos tranquilos, señora! ¡Nuestro pueblo no tiene ningún tipo de apoyo del gobierno, estamos igual de condenados como los otros pueblos!
Un adulto libero la preocupación y angustia que sentía por dentro. Cuando los guardias y las cuatro damas notaron eso, supieron que ese fue el detonante para crear una discusión a gran escala.
—¡Exacto! ¡Ustedes simplemente están suavizando la amenaza para que no caigamos en desesperación, pero ya es tarde! —gritó también una mujer ya adulta.
—¡Si los otros pueblos cayeron ¿Que nos hace pensar que el nuestro logrará persistir?!
—¡Digan toda la verdad! ¡No intenten solo adornar una tragedia!
—!¿Porque no piden algún tipo de apoyo al conde o a un varón cercano? ¡Si mencionan todo lo sucedido y al ver que pueblo tras pueblo desaparece, de seguro nos ayudarán!
Grito tras grito, preguntas tras preguntas. Todo eso sumado al intenso murmullo de la gente, hizo que el padre de Adam y los otros guardias sintieran irritación.
—¡SILENCIO! ¡LES DIJE QUE NO ME HICIERAN GRITAR NUEVAMENTE!
En el momento que Aron grito, los cuatro guardias que custodiaban la plataforma pusieron su mano en la empuñadura de sus espadas. El sonido del metal chocando con la vaina dónde posaba la espada, más el grito de enojo causó que toda la gente se mantuviera en silencio.
Tal tipo de reacción por los guardias que los protegían los tomó muy fuera de lugar. Tanto así, que no tuvieron de otra que hacer silencio y mantener su rostro de miedo y preocupación.
Ningún guardia quiso parecer tan autoritario, tampoco quisieron recurrir a un acto de intimidación tan amenazante, pero, si no hacían lo que hicieron, de seguro nadie se hubiera calmado.
A veces, realizar cosas que interiormente no quieres hacer, es la mejor manera para controlar una situación fuera de lugar.
Además, los únicos guardias que estaban custodiando la plataforma no eran los únicos que se encontraban en el lugar. Habían guardias cuidando algunas entradas cerca de la plaza y otras posicionadas atrás de la multitud.
Al ver la actitud de sus otros compañeros y el grito dado por su superior, los hizo entender que la situación no iba tan bien. Aunque ellos no hicieron una amenaza de empuñar su espada, soltaron lo que podría decirse una mirada llena de autoridad y fuerza.
La gente también habían sentido cierta mirada a sus espaldas, por lo que todo eso los hizo entender que debían guardar silencio.
Ailyn, Marily, Susan y Sara, las cuatro soltaron un aliento de alivio al ver que los guardias lograron llevar todo bajo control, por lo que al esperar un minuto más, y colocar una mirada sería, Marily volvió a retomar su charla.
—Siento inconformidad al presenciar tales comportamientos de ustedes. Se les dijo que guardarán calma y paciencia, pero no lo hicieron. Por otra parte, se que lo que pedimos desde un principio era imposible, pero aún así pensamos que lo tomarían de forma más pacífica —confesaba Marily mientras negaba de un lado a otro con su cabeza—. Espero que ahora entiendan el peso de la situación y que se mantengan tranquilos de ahora en adelante.
La gente definitivamente no se sentía tranquila, pero aún en vista de lo sucedido debían de permanecer así si o si. No querían provocar la furia de los guardias, y aunque de igual forma nada malo fuera de una represalia justa les llegará a pasar por provocar una alteración masiva en el pueblo, de seguro tampoco sería tan leve el castigo.
Por lo que, optaron por guardar silencio.
—En cuánto a su pregunta, señora Olga. Ese pensamiento fue desechado hace poco. El señor Lenear actualmente no tiene ninguna afiliación con un poder gubernamental tanto cerca, como lejano del lugar. Y enviar una carta, aunque usemos un ave mensajera, igual tomaría algunos días, y después de que llegase, tendría que ser apilado sobre muchos papeles, llenos de solicitudes de pueblos o lugares más importantes y cercanos a ellos.
—En pocas palabras, estamos por nosotros mismos —aclaró Susan, quien se mantenía en silencio observando todo.
Nadie podía evitar mirar los rostros decepcionados y desilusionados de la gente. Era más que obvio que desde que el pueblo se creó en un lugar tan rural y lejano, y sin ayuda de nadie, las cosas progresaría por ellos mismos.
Y así fue durante más de 30 años.
—Pero, no quiero que todos ustedes mantengan esa mirada llena de desesperación. Nosotros somos un pueblo que ha sobrevivido durante años, somos un pueblo que sin importar las dificultades, nos mantenemos firmes. Quiero que observen más allá del pueblo ¿Que ven? —señaló Susan con su mano hacia el bosque que los tenía rodeado—. Así es, el bosque, dónde existen bestias y animales peligrosos, y aún así, los hemos combatidos y derrotados logrando avanzar una vez más en el crecimiento de nuestro pueblo.
Parecía mentira pero, cuando Susan dió semejante discurso, las mentes de todos se sintieron renovadas y llenas de un nuevo pensamiento de esperanza. Eso sin duda motivo a todos y esa mirada llena de desesperación y miedo, cambio a una llena de esperanza.
—Ahora, ¿quienes fueron los que nos mantuvieron aún vivos? ¡Exacto! Fueron nuestros guardias. Ellos han entrenado durante mucho tiempo y de forma dura y disciplinada para lograr mantenernos a salvo —volvio a retomar Susan. Los guardias al escuchar ser nombrados y elogiados, no dudaron en mantener un rostro lleno de orgullo y confianza, más una sonrisa de alegría—. Cómo bien se dijo al principio, todo esto ya se ha discutido de ante mano, ya tenemos planes de contingencia y sin duda, enfrentaremos el peligro de frente. Además, recuerden que si alguien llega a lastimarse, yo estaré ahí para sanarlo —terminó de agregar Susan con un tono orgulloso y con una sonrisa que transmitía seguridad a los demás.
—¡Es cierto, nuestros guardias son guerreros fuertes y llenos de valor!
—¡Claro que sí, gracias a ellos hemos logrado sobrevivir tantos años!
—¡Eso es cierto, también tenemos a la señora Susan, quien es una excelente maga curandera!
Todo tipo de comentario positivo y alentador era escuchado y mencionado por la gente del pueblo. A los guardias y a las damas en la tarima les pareció increíble el cambio de atmósfera e inquietud que se formó.
Incluso empezaron a adular a los guardias y nombrar los buenos trabajos que han hecho las personas importantes en el pueblo.
Sin duda era un cambio que causaba gracia.
—Dicho todo eso, espero que entiendan ya la situación y que se mantengan precavidos en todo momento. A partir de mañana, se les empezará a dar instrucciones de lo que se hará en su momento. Por favor, espero que sigan manteniendo la calma y sean lo más racionales posible durante los días de paz —concluyó el discurso Ailyn con su agradable voz y llena de una confianza rebosante de contagio.
Una vez Ailyn terminó de hablar, la gente entendió que la reunión había terminado. Todos empezaron a hacerse la idea de que definitivamente su pueblo no caería ante nada ni nadie, y tanto sus corazones como sus mentes, empezaron a sentirse calmados.
Cuando todos los pueblerinos dejaron la plaza, los guardias que custodiaban los caminos, siguieron con su trabajo y comenzaron a patrullar las zonas.
Los únicos que se quedaron en el lugar fueron los que estaban en la plataforma. Las cuatro damas y los 5 guardias.
—Sin duda fueron mujeres valientes, tienen todo mi respeto al mantenerse tranquilas y llenas de confianza ante una multitud alterada —mencionó Aron mientras sonreía.
—Por favor, también estábamos asustadas, es solo que, si nosotras no mostrabamos ese sentido de liderazgo y confianza, todo habría tomado un rumbo diferente —aclaró Susan.
—Su último discurso fue increíble, señora Susan, incluso a mí me llenó de motivación y confianza. Sabiendo que usted es una maravillosa maga curandera, nos ayudará bastante —recalcó nuevamente Aron.
Susan solo asintió con una sonrisa llena de alegría y confianza ante las palabras de
—Bueno, ya que todo terminó, deberíamos irnos nosotras también. Gracias de todo corazón por el apoyo que los brindó el día de hoy —agradeció Marily.
—Por favor, Señora Marily, usted es la esposa de nuestro líder, no hay necesidad de dar tales agradecimientos. Todo fue tomado como una orden de alto rango —las palabras que soltó Aron fueron totalmente sinceras—. Haré que dos de mis hombres las escolten a sus hogares.
Sin más nada que decir, Marily se despidió de Susan, Ailyn y Sara, y cada quién se dirigió a su respectivo hogar.
Un guardia acompañó a Marily a la casa del jefe del pueblo y el otro a las tres damas.
Una vez que Marily llegó a su casa, rápidamente notificó de todo lo sucedido a Lenear y después de terminar, salió de la habitación.
Lenear al escuchar y procesar todo, soltó un suspiro.
—Vaya dolor de cabeza me estás creando, menudo imbécil traidor...
La furia y el resentimiento que sentía Lenear lo demostraba tanto en sus palabras como en su mirada, era sin duda de temer. Por suerte, Marily ya no se encontraba en la habitación para presenciar tal actitud de su suegro.