Carlos empujó la puerta metálica de su recién adquirida Base Umbrella, esperando encontrar un espacio reducido y básico. Para su sorpresa, lo que apareció ante sus ojos era mucho más de lo que había imaginado.
—¿Esto es nivel principiante? —murmuró asombrado mientras la puerta se cerraba automáticamente tras él.
El interior de la base era considerablemente más amplio de lo que sugería su aspecto exterior. Un pasillo principal se extendía frente a él, iluminado por luces empotradas en el techo. Paneles holográficos mostraban indicaciones hacia las diferentes secciones: Laboratorio, Enfermería, Dormitorios, Sala de Control y Área de Comando.
—Es como si fuera más grande por dentro —comentó mientras avanzaba por el pasillo principal.
**[Bienvenido a Base Umbrella, Administrador]** resonó la voz del sistema en toda la instalación. **[Recorrido inicial recomendado para familiarizarse con las instalaciones]**
—Bien, hagamos ese recorrido —respondió Carlos, decidiendo explorar sistemáticamente el lugar.
La Sala de Control era un espacio circular con varias pantallas holográficas y un panel central que parecía ser el núcleo de operaciones. Las pantallas mostraban datos sobre el estado de la base, niveles de energía, y un mapa rudimentario de los alrededores inmediatos.
Los Dormitorios consistían en una habitación con cuatro literas básicas, un baño compartido y algunos casilleros para almacenamiento personal. Nada lujoso, pero suficiente para empezar.
La Enfermería contaba con una camilla, algunos armarios con suministros médicos básicos y un escáner simple. Carlos sonrió recordando las instalaciones médicas de Umbrella en las películas, aunque obviamente esta versión era mucho más modesta.
El Laboratorio tenía una mesa de trabajo, algunos equipos de análisis, y una extraña máquina que ocupaba gran parte de una pared. Carlos la observó con curiosidad, pero decidió seguir con su recorrido antes de investigarla.
Finalmente, llegó al Área de Comando, que incluía un pequeño arsenal. Se acercó expectante, imaginando encontrar las icónicas armas de fuego que aparecían en los juegos y películas de Resident Evil. Sin embargo, lo que vio lo dejó atónito.
—¿Espadas? ¿Lanzas? —exclamó confundido, tomando una daga de aspecto medieval—. ¿Dónde están las pistolas? ¿Los rifles? ¿Las escopetas?
**[Consulta registrada]** respondió el sistema. **[En Gaia no existen armas de fuego como las conocidas en la Tierra, con excepción de algunos cañones de defensa para bases o bombas de núcleo]**
—¿Qué? ¿Por qué no? —Carlos dejó la daga en su lugar, visiblemente decepcionado.
**[Las armas de fuego terrícolas son ineficaces en Gaia debido a la naturaleza del mundo y sus habitantes. La mayoría de seres en Gaia poseen poderes sobrenaturales o capacidades físicas que hacen las armas convencionales obsoletas]**
Carlos se dejó caer en una silla cercana, pasándose una mano por el rostro. Toda su confianza acababa de desmoronarse.
—Genial, simplemente genial —murmuró—. Mi única experiencia con armas es haber disparado en un polígono de tiro un par de veces, y resulta que aquí ni siquiera existen. No sé manejar una espada, mucho menos una lanza, y el arco y flecha... —soltó una risa amarga—. Mi puntería es terrible.
Miró alrededor, notando por primera vez algo que debería haberle llamado la atención desde el principio.
—Espera, si no hay armas de fuego ni tecnología de la Tierra, ¿cómo funciona esta base? ¿Cómo hay electricidad y todos estos paneles holográficos?
**[La base opera mediante núcleos de energía, los cuales son equivalentes a los generadores terrestres pero utilizan la energía mágica de Gaia]**
—¿Núcleos? ¿Dónde consigo esos núcleos?
**[Los núcleos pueden obtenerse mediante la caza de monstruos que los contienen o extrayéndolos de minas de núcleo]**
Un escalofrío recorrió la espalda de Carlos. ¿Cazar monstruos? ¿Con una espada que apenas sabía sostener?
—¿Cuánta energía nos queda?
**[Nivel de energía actual: 50%. Tiempo estimado hasta agotamiento completo: 72 horas]**
—Tres días... —murmuró Carlos—. Tres días para encontrar más energía o todo esto dejará de funcionar.
Se levantó y comenzó a caminar nerviosamente. Necesitaba un plan, alguna forma de sobrevivir sin tener que enfrentarse directamente a los monstruos. Entonces recordó la extraña máquina del laboratorio.
—Sistema, ¿qué es esa máquina grande en el laboratorio?
**[Es la Unidad de Creación de Humanoides Artificiales]**
Carlos detuvo su paso, con los ojos muy abiertos.
—¿Humanoides artificiales? ¿Te refieres a... clones?
**[Similar pero no idénticos. La Unidad puede crear seres humanos artificiales con características designadas]**
El corazón de Carlos comenzó a latir más rápido. Corrió de regreso al laboratorio y se acercó a la máquina, observándola con nuevos ojos.
—¿Cómo funciona? —preguntó, tocando la superficie metálica de la máquina.
**[La Unidad actual, al ser nivel 1, solo puede crear humanoides básicos: civiles sin habilidades especializadas. Sin embargo, estos pueden aprender y desarrollarse como cualquier humano]**
—¿Cuántos puedo crear?
**[La Unidad contiene materiales suficientes para cinco unidades humanoides. La creación de más requerirá obtener materiales adicionales]**
Una sonrisa se formó en el rostro de Carlos. Quizás no todo estaba perdido.
—Sistema, activa la Unidad de Creación. Quiero crear cinco humanoides artificiales.
**[Especifique parámetros: edad, género, características físicas básicas]**
Carlos se detuvo a pensar. Necesitaba gente que pudiera ayudarle a administrar la base y eventualmente salir a explorar y conseguir recursos.
—Quiero tres hombres y dos mujeres, todos de 20 años de edad, apariencia saludable y físicamente capaces.
**[Parámetros aceptados. Iniciando proceso de creación. Tiempo estimado: 25 minutos]**
La máquina cobró vida, emitiendo un suave zumbido mientras luces azules parpadeaban en su superficie. Carlos observó fascinado cómo tubos y compartimentos comenzaban a llenarse con un líquido transparente.
—¿Sistema, puedes explicarme más sobre esta Unidad mientras esperamos?
**[La Unidad de Creación puede producir diferentes tipos de humanoides especializados dependiendo de su nivel y los recursos disponibles. Los tiempos de incubación varían según la especialidad requerida:**
**- Civil: 5 minutos**
**- Militar: 15 minutos**
**- Médico: 20 minutos**
**- Científico: 45 minutos**
**- Minero: 10 minutos**
**- Espía: 30 minutos**
**La edad designada no afecta el tiempo de creación, solo la especialidad. Todos los humanoides poseen capacidades humanas completas, incluyendo aprendizaje y reproducción]**
Carlos escuchaba atentamente, su mente trabajando a toda velocidad formulando planes.
—¿Qué necesito para mejorar esta máquina?
**[Para mejorar la Unidad de Creación de Humanoides a nivel 2 se requieren:**
**- 5 Núcleos de Energía de Baja Calidad**
**- 20 unidades de Biomasa**
**- 10 unidades de Metal Refinado**
**- 1 Cristal de Conocimiento]**
Carlos tomó nota mental de estos requisitos. No tenía idea de dónde conseguir esos materiales, pero al menos ahora tenía un objetivo claro.
Los 25 minutos pasaron más rápido de lo que esperaba. La máquina emitió un sonido, indicando que el proceso había culminado. Cinco cápsulas se abrieron, liberando vapor. De ellas emergieron cinco figuras humanas, tres hombres y dos mujeres, exactamente como había especificado.
Todos tenían la piel pálida y el cabello oscuro, y vestían simples túnicas blancas. Sus ojos se abrieron simultáneamente, fijándose en Carlos con expresiones de curiosidad pero sin miedo.
—Hola —dijo Carlos, sintiéndose repentinamente nervioso—. Mi nombre es Carlos. Soy... el administrador de esta base.
Los cinco asintieron al unísono, como si entendieran perfectamente.
—¿Tienen nombres? —preguntó.
Uno de los hombres, ligeramente más alto que los otros, respondió:
—No, Administrador. Estamos a la espera de designaciones.
Su voz era clara, sin acento, casi mecánica pero definitivamente humana.
—Bien, entonces... —Carlos pensó rápidamente—. Tú serás Miguel —dijo señalando al que había hablado—. Ustedes serán Daniel y Alejandro —continuó, señalando a los otros dos hombres—. Y ustedes serán Lucía y Elena —finalizó, dirigiéndose a las mujeres.
Todos asintieron, repitiendo sus nombres como para memorizarlos.
—Tenemos mucho trabajo por hacer —continuó Carlos—. Lucía, Elena, necesito que pongan en orden el área de dormitorios. Miguel, Daniel, Alejandro, vendrán conmigo a explorar los alrededores y recolectar recursos.
Mientras los humanoides se dispersaban para cumplir sus tareas, Carlos consultó una vez más al sistema.
—Sistema, muéstrame los requisitos para mejorar el área de dormitorios.
**[Para mejorar el Área de Dormitorios a nivel 2 se requieren:**
**- 3 Núcleos de Energía de Baja Calidad**
**- 15 unidades de Madera Resistente**
**- 8 unidades de Tela de Calidad**
**- 5 unidades de Metal Básico]**
Carlos asintió, determinado. Con su pequeño equipo formado, ahora tenía una posibilidad real de supervivencia. El primer objetivo sería mejorar las instalaciones básicas para poder crear más humanoides especializados. Una vez tuviera un equipo completo, podría comenzar a pensar en expansión y defensa.
—Prepárense —dijo a Miguel, Daniel y Alejandro mientras tomaba una espada corta y se la ajustaba al cinturón con torpeza—. Salimos en diez minutos.
Mientras observaba a los tres hombres seleccionar armas con una naturalidad que él no poseía, Carlos no pudo evitar pensar en lo rápido que su vida había cambiado. De ser un simple oficinista en Lima, ahora era el administrador de una base en un mundo fantástico, responsable de cinco vidas artificiales pero muy reales.
Y este era solo el comienzo.