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Chapter 13 - Un Enemigo Inesperado

La ciudad estaba en calma después de su última victoria, pero los héroes sabían que la paz nunca duraba mucho. Cuando la alerta sonó en sus morphers, supieron que era momento de actuar.

—Nuevo enemigo detectado en el centro de la ciudad. —informó Iris, revisando su dispositivo.

Sin perder tiempo, los cinco se dirigieron al lugar de la amenaza. Al llegar, vieron a una criatura de aspecto siniestro. Su cuerpo era negro como la sombra, con grietas por donde se filtraba una energía púrpura oscura.

—¡Por fin aparecen! Me presento, soy Gravnos, el que los hará caer. —su voz resonó con un eco metálico.

Kevin dio un paso al frente.

—No importa quién seas, si vienes a causar caos, ¡te detendremos aquí mismo!

Los cinco sacaron sus Sentai Cards y activaron sus morphers.

—¡SENTAI CHANGE!

Con un estallido de energía, los trajes de combate envolvieron sus cuerpos. Ahora estaban listos para pelear.

La batalla comienza

Ren fue el primero en atacar, lanzándose con agilidad hacia Gravnos. Sin embargo, cuando intentó golpearlo, el enemigo desvió su ataque con una extraña onda de energía.

—¿Qué demonios fue eso? —exclamó Ren al ser impulsado hacia atrás.

Dante y Aya intentaron atacar al mismo tiempo, pero apenas sus puños hicieron contacto con Gravnos, una fuerza invisible los empujó el uno contra el otro, chocando violentamente.

—¡Ugh! ¿Qué está pasando? —se quejó Dante al caer de espaldas.

—Mi habilidad… —Gravnos sonrió— todo lo que me toca queda pegado a otro objeto o persona.

Antes de que pudieran reaccionar, Gravnos liberó una onda expansiva. Kevin intentó esquivarla, pero su cuerpo fue empujado hacia Iris, y ambos quedaron atrapados, espalda con espalda.

—¡No puedo moverme! —dijo Iris, intentando separarse.

—Yo tampoco… —Kevin sintió la presión de su cuerpo pegado al de ella.

Gravnos rió con burla.

—¡Veamos cuánto tiempo aguantan!

Los demás también quedaron atrapados entre sí, incapaces de actuar con normalidad. Era imposible moverse con fluidez cuando cada acción los arrastraba al otro.

—Tenemos que encontrar una forma de romper esto. —dijo Aya, tratando de pensar en una estrategia.

Pero Gravnos no les daría tiempo. Lanzó un ataque directo hacia Kevin e Iris.

—¡Cuidado! —gritó Kevin, girando con esfuerzo para recibir el impacto con su espalda y proteger a Iris.

—¡Kevin! —Iris sintió cómo el golpe lo sacudía.

El enemigo los estaba empujando al límite. La única forma de liberarse era atacar, pero…

—Iris, tenemos que hacer esto juntos. —Kevin trató de tomar impulso.

—Entendido.

Sin embargo, al dar el primer paso hacia la ofensiva, Kevin vio cómo su puño se dirigía directamente a Iris. Era su única opción para romper el efecto… pero algo dentro de él lo detuvo.

Los segundos se sintieron eternos. No podía golpearla.

—Kevin… ¿por qué te detienes? —preguntó Iris, notando su vacilación.

—Porque… —su mente se nubló. Algo en su interior gritaba que no podía hacerle daño, no importaba la situación.

Su corazón latía con fuerza. Era ella… era Iris.

Gravnos se dio cuenta de la situación y sonrió.

—Interesante… parece que has encontrado tu debilidad.

Aprovechando el momento, el enemigo lanzó un ataque devastador que los lanzó a todos contra el suelo.

Kevin e Iris rodaron por el pavimento, aún pegados. La batalla se había complicado más de lo esperado… y ahora, Kevin tenía que enfrentar un nuevo dilema.

Decisiones en Medio del Caos

La batalla seguía, pero el equipo estaba en serios problemas. Gravnos los tenía completamente controlados con su habilidad, y cualquier movimiento que intentaban hacer solo los ponía en una situación más complicada.

Kevin aún estaba paralizado. Sabía que para liberarse debía atacar… pero no podía golpear a Iris.

—¡Vamos, Kevin! No tenemos tiempo para dudar. —gritó Iris, intentando moverse.

—Yo… —Kevin apretó los dientes. ¿Por qué era tan difícil?

Gravnos aprovechó su indecisión y levantó una de sus manos. Una esfera de energía oscura comenzó a formarse.

—Si no pueden pelear, ¡entonces desaparezcan!

La esfera explotó en dirección a ellos. Kevin e Iris cerraron los ojos, esperando el impacto, pero en el último momento…

—¡Sentai Zords, en marcha! —La voz de Dante resonó en el campo de batalla.

Desde el cielo, cinco grandes vehículos mecánicos surgieron con un brillo impresionante. Eran sus propios Zords, invocados por sus nuevas Sentai Cards.

Uno de ellos, un enorme halcón rojo, disparó una ráfaga de energía que desvió el ataque de Gravnos.

—¡Kevin, Iris, resistan! ¡Tenemos un nuevo poder! —gritó Ren desde el interior de su propio Zord.

Aprovechando la distracción, Aya y Dante lograron liberarse usando la fuerza de sus movimientos combinados.

—¡Ahora es nuestro turno! —dijo Aya, desatando una patada giratoria que rompió la conexión pegajosa que los mantenía atrapados.

Kevin miró a Iris. No había tiempo para dudar más.

—Iris, confía en mí.

—Siempre lo hago.

Con un grito de esfuerzo, ambos empujaron con todas sus fuerzas en direcciones opuestas. En ese instante, Kevin activó una Power Up Card especial.

—¡Modo Rompe-Límites, activado!

Una energía dorada los envolvió, y en un instante, la habilidad de Gravnos fue anulada.

—¿Qué? ¡Eso es imposible! —rugió el villano.

Kevin sonrió.

—No hay imposibles para nosotros.

Con una velocidad impresionante, el equipo contraatacó. Kevin e Iris lideraron la ofensiva con golpes precisos, mientras Ren, Aya y Dante usaban sus Zords para acorralar al enemigo.

Gravnos estaba perdiendo el control.

—Esto no ha terminado… —amenazó antes de teletransportarse, desapareciendo en la oscuridad.

El equipo quedó de pie, respirando con dificultad. Habían logrado su primera gran victoria contra un enemigo superior.

Pero mientras los demás celebraban, Kevin miró a Iris de reojo.

Lo que había sentido en la batalla… no podía ignorarlo más.

—Kevin… —Iris se acercó, pero él solo sonrió con un gesto cansado.

—Vamos a casa.

Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a sus sentimientos… pero por ahora, había una guerra que ganar

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