Buenos días. Decía mientras le daba un beso a Konan.
Buenos días.
Konan que tal si nos vallamos en el rio que hay aquí cerca, apestamos a sexo.
Si, vamos dijo Konan con una gran sonrisa.
Cuando ella se levanto mi miembro se separo de su entrada y mucho semen empezó a caer de su entrepierna.
Cuando se estuvo erguido por completo, tuve que cogerla porque casi se cae.
Que tal si mejor te llevo mi ángel de papel.
Gracias, dijo Konan muy sonrojada y avergonzada.
Bueno entremos dije cuando ya había llegado.
Calenté mi cuerpo para que Konan sintiera que el agua estaba caliente.
Me senté en la orilla y puse a Konan sobre mi regazo. Entonces empecé a pasar mi manos por sus muslos con el Chakra del juby para que se curara.
Ya esta curada dije mientras le daba un beso en la cabeza.
Gracias, dijo mientras se daba la vuelta y me abrazaba.
Ella empezó a frotar su parte intima con mi pene.
Aun quieres mas.
Contigo siempre quiere y además hagamos uno rápido y ya esta.
Bale, dije mientras la agarraba de la cintura y empezaba a besarla.
Konan por su parte levanto su trasero y coloco mi polla en su entrada y con un sentón metió gran parte de mi polla.
Solo con ese sentón ya se corrió.
Me puse de pie y empecé a envestirla mientras ella agarraba mi cabeza con sus brazos y mi cintura con sus piernas.
Fue elevando la velocidad de mis envestidas mientras Konan solo podía gemir por el placer y los órganos que le producía.
Me corro grite mientras con una envestida llenaba todo su interior, Konan tuvo un gran orgasmo que provoco que estirara su piernas hacia mis costados.
Hacer el amor contigo es lo mejor que hay decía konan mientras me besaba y yo solo me senté y saque mi miembro que como estaba dentro de su útero provoco que tuviera otro orgasmo por el cierre de este.
Ahora disfrutemos la compañía del otro mientras nos duchamos, dije mientras la besaba y jugaba con su cuerpo. Cosa que correspondió Konan sin ningún reproche.
Time skip 1 hora....
Konan ya se había ido con Nagato, pues seguía siendo su mano derecha, mientras que yo entraba tranquilamente en la casa.
—¡Ya he llegado! —anuncié con una sonrisa.
Apenas terminé de hablar, fui recibido por dos bellas mujeres que no dudaron en abrazarme y besarme. Por supuesto, correspondí con gusto.
—¿Habéis desayunado? —pregunté, observándolas con curiosidad.
—No —respondieron ambas al unísono.
—No os preocupéis, os haré unas tortitas.
—¡Siiiiii! —gritaron emocionadas como niñas pequeñas.
No pude evitar reírme mientras les daba otro beso a cada una antes de dirigirme a la cocina.
—¡Chicas, venid! Ya está listo —llamé, pero al girarme, ya las vi sentadas en la mesa, listas para comer.
Miré a Natsumi con una gota de sudor en la nuca.
Minato tiene que estar orgulloso de la velocidad de su hija…
—Tomad y comed despacio, no quiero que os atragantéis.
Toc, toc, toc.
—Voy a ver quién es.
Abrí la puerta y me encontré con Nagato.
—Nagato —dije, sorprendido.
—¿Puedo pasar? —preguntó con su tono serio de siempre.
—Por supuesto —respondí, abriendo la puerta para dejarlo entrar.
Nagato saludó a Natsumi y Hanabi, quienes seguían disfrutando del desayuno.
—Toma, prueba esto —dije, colocando un plato con tortitas delante de él.
Después de todo, había hecho muchas, ya que Natsumi y Hanabi comían bastante. Me gustaba, porque significaba que realmente disfrutaban mi comida.
Nagato me miró con ligera sorpresa.
—Luciano, no era necesario —dijo, observando las tortitas—. Además, estoy esperando a que Konan llegue.
Toc, toc, toc.
—Debe ser ella —dije mientras me dirigía a la puerta.
Cuando la abrí, Konan me recibió con su habitual serenidad, pero no dudé en besarla antes de ofrecerle asiento y servirle también unas tortitas.
Luego me senté entre mis tres novias, quienes me miraron con sonrisas de satisfacción antes de que todos comenzáramos a comer.
Lo que me sorprendió fue ver a Nagato disfrutando su comida con una pequeña sonrisa de felicidad.
Parece que lo que decía mi madre era cierto… Una buena comida realmente alegra el corazón.
[¡Habilidad Creada!]
Cocina (Lv 1 - 0/100):
Nv1 – Principiante: Puedes preparar comidas básicas sin riesgo de arruinarlas. Pequeña mejora en la recuperación de energía (+5% al consumir tus propias comidas). Nv5 – Cocinero Aficionado (Bloqueado): Tus platos tienen mejor sabor y textura. Mejora la recuperación de energía y resistencia (+10%).
Nv10 – Cocinero Experimentado (Bloqueado): Puedes preparar platillos más complejos y sabrosos.
Habilidad desbloqueada: Olfato de Chef → Puedes identificar ingredientes y su frescura con solo olerlos. +20% de recuperación de energía y resistencia.
Nv20 – Maestro de la Cocina (Bloqueado): Tus platos pueden tener efectos especiales según los ingredientes usados.
Habilidad desbloqueada: Cocinero de Combate → Platos preparados restauran +20% de salud y resistencia. +20% de recuperación de energía, resistencia y salud con tus comidas.
Nv Máximo – Chef Divino (Bloqueado): Tus comidas pueden otorgar mejoras temporales (+10% en todas las estadísticas durante 1 hora).
Habilidad desbloqueada: Manos de Oro → Nunca fallas una receta y siempre obtienes el mejor resultado posible. +30% de recuperación de energía, resistencia y salud con tus platos.
Que habilidad más útil… —pensé con una sonrisa—. Parece que la voy a elevar a nivel máximo pronto porque Natsumi y Hanabi comen mucho.
Suspiré, sintiendo una ligera punzada de nostalgia.
Una pena que Konan no viva con nosotros… así podría elevarla más rápido.
Time Skip – 30 minutos después…
—¿Qué os han parecido mis tortitas? —pregunté con una pequeña sonrisa.
—Estaban muy buenas —respondieron Konan y Nagato al mismo tiempo.
—Además, no sabía que mi novio cocinaba tan bien —añadió Konan con una suave sonrisa.
—¡Ja! Lo sabía. Hanabi, págame —dijo Natsumi con una expresión de triunfo.
—¿Qué apostasteis? —pregunté con curiosidad.
—Apostamos a que después de la primera cita ya seríais novios —explicó Hanabi con una mueca de fastidio mientras sacaba unas monedas.
—Bueno, ¿qué puedo decir? Luciano es un encanto —comentó Konan antes de inclinarse para darme un beso en la mejilla.
Sonreí ante su gesto, pero luego enfoqué mi atención en Nagato.
—Ahora, dejando eso de lado, ¿habéis venido a decirme algo?
Nagato asintió con seriedad.
—Te debemos una explicación. Creo que sabes que Konan y yo formamos parte de Akatsuki con el sueño de traer la paz al mundo. Creíamos que al reunir a los bijū y utilizar su poder podríamos imponer un orden duradero… pero entonces conocimos a Natsumi.
Mi expresión se endureció. Sabía que el encuentro con Natsumi había cambiado muchas cosas, pero no esperaba que fuera hasta este punto.
Nagato continuó con un leve aire melancólico.
—Natsumi nos hizo ver lo que no queríamos aceptar. La idea de capturar a los bijū y usar su poder no traería la paz, sino solo más sufrimiento. Nuestro método solo llevaría a más guerras, más venganza y más muerte. Nos confrontó con una verdad que preferíamos ignorar.
Konan intervino con un tono lleno de pesar.
—Cuando aceptamos lo que ella decía, comprendimos que ya no podíamos seguir en Akatsuki. Expresamos nuestras dudas y nos enfrentamos a los demás miembros. Al final, nos consideraron traidores y nos echaron. Intentaron eliminarnos, pero conseguimos escapar.
Las palabras de Konan y Nagato pesaban en el aire. Los observé con una mezcla de admiración y respeto. Habían abandonado todo lo que conocían por seguir una convicción más noble.
—Eso explica muchas cosas… pero, ¿qué habéis estado haciendo desde entonces? —pregunté con interés.
Nagato y Konan intercambiaron una mirada antes de que él hablara.
—Hemos formado nuestra propia organización: Renacer Carmesí. Su objetivo es diferente al de Akatsuki. No buscamos dominación ni imponer la paz a la fuerza. En cambio, nuestra meta es proteger a Natsumi para asegurarnos de que nadie la use como una simple herramienta. Ella tiene un bijū dentro de ella, y Akatsuki no se detendrá hasta intentar capturarla.
Un ardor comenzó a quemar en mi interior. La idea de que Akatsuki persiguiera a Natsumi me llenaba de rabia.
Konan colocó una mano en mi hombro con una leve sonrisa, buscando calmarme.
—Queremos que te unas a nosotros, Luciano. Sabemos de tu poder, de tu determinación, y sobre todo… de lo mucho que te importan Natsumi y Hanabi. Ellas ya forman parte de Renacer Carmesí, y creemos que tu presencia sería una gran fortaleza para nosotros.
Cerré los ojos por un momento, reflexionando. Sentí que mi corazón ya me había dado la respuesta desde el principio.
Cuando los abrí, lo hice con determinación.
—Cuenten conmigo. Si se trata de proteger a las personas que amo y de detener a Akatsuki, haré lo que sea necesario.
Nagato esbozó una pequeña sonrisa, algo poco común en él.
—Entonces, bienvenido a Renacer Carmesí, Luciano. Juntos, marcaremos un nuevo camino para el mundo.
Konan me miró con orgullo y afecto, y en ese momento supe que estaba exactamente donde debía estar.
Toc, toc.
Fruncí el ceño.
—¿Esperamos a alguien más?
—Podría ser uno de mis clones —dijo Nagato con tranquilidad.
—Por cierto, gracias a que me curaste, ahora puedo usar más técnicas además del Rinnegan —añadió con gratitud.
Sonreí con despreocupación.
—No es nada. Después de todo, somos amigos.
Creé un clon para abrir la puerta, y, efectivamente, era el clon de Nagato quien entró.
Nagato lo miró con expectación.
—¿Qué sucede?
El clon habló sin rodeos.
—Akatsuki ha atacado al Kazekage Gaara. Están intentando robarle al Ichibi.
Apenas terminó de decirlo, se disipó en una nube de humo.
El ambiente en la sala se volvió tenso. Todos nos pusimos de pie de inmediato, sabiendo que la batalla estaba por comenzar.
—Pero eso sería imposible —dijo Nagato con preocupación—. Después de todo, la estatua del Gedo Mazo solo podía invocarla yo. A menos… que Uchiha Madara haya puesto su propio sello de invocación en la estatua. Eso explicaría por qué ya no puedo invocarla.
—Nagato, voy a rescatar a mi amigo —dijo Natsumi, poniéndose de pie con determinación.
—No, Natsumi, es muy peligroso.
—Entonces, ¿quién irá?
—Iré yo —respondí con una leve sonrisa—. Después de todo, llevo un tiempo sin un buen combate y, además, quiero conocer a los amigos de mi novia.
—Gracias —dijo Natsumi con una gran sonrisa.
—Nagato, ¿tienes algún vestuario o algo parecido?
—Sí, toma —respondió, sacando un rollo de sellado del cual invocó un sombrero de paja y una túnica blanca con nubes naranjas.
—Déjame adivinar… El color de las nubes lo decidió Natsumi, ¿verdad?
—¿Cómo lo supiste?
—Bueno, Natsumi, ¿cómo no sabría cuál es el color favorito de mis novias? Igual que sé que el de Hanabi es el marrón y el de Konan es el blanco.
—Pero… ¿cómo? ¡Si nunca te lo dijimos!
—Intuición de novio —dije con una sonrisa traviesa.
Las tres hicieron un puchero con un leve sonrojo, mientras Nagato y yo solo pudimos reír.
—Nagato, ¿podrías hacer algo para que me permitan entrar a la aldea y así investigar?
—Claro. Natsumi, ¿podrías hacer una carta para que dejen entrar a Luciano?
—Por supuesto.
Después de un largo tiempo de espera…
—Bueno, ahora me voy a rescatar a un futuro amigo —dije antes de despedirme de las chicas con un beso y de Nagato chocando las manos.
Acto seguido, salté por la ventana y activé el modo sabio sin las Gudodamas, saliendo disparado a gran velocidad.
—Sistema, pon una marca en Sunagakure.
—Gracias —murmuré mientras aumentaba la velocidad para acercarme lo más rápido posible al brillo azul que había aparecido.
En menos de dos segundos, ya estaba cerca de la puerta tras moverse a la velocidad de la luz. Entonces, descendí y me acerqué a la entrada.
—Por favor, deténgase. La aldea actualmente no acepta visitas —me dijo una bella mujer de cabello rubio.
Esa es Temari… Es más bella que en el anime.
—Ya sé quién será mi nueva novia —pensé con una sonrisa mientras me acercaba lentamente.
—Hola, bella dama. Vengo a ayudar a tu hermano Gaara por petición de una amiga suya.
[Relación Temari +10] [Temari 10/100]
Humm, es fácil de impresionar, pensé.
Dije mientras le entregaba la carta, la cual procedió a leer.
—¿Es esto cierto? —preguntó con esperanza.
—Claro —respondí, quitándome el sombrero—. Me llamo Luciano y vengo a ayudar a tu hermano —agregué con una sonrisa.
[Relación Temari +20] [Temari 30/100]
Joder, es muy guapo… pensó Temari con un gran sonrojo.
—Por favor, sígueme. Vamos al consejo para decidir qué hacer.
Ya en el consejo…
—Así que vienes a ayudar —dijo una anciana.
—Así es.
—He oído que Gaara ha sido secuestrado y que su hermano Kankuro ha quedado herido.
Lo de Kankuro ya lo sabía porque vi el anime, pensé.
—Puedo rescatar a Gaara y curar a Kankuro.
Temari, a mi lado, se sorprendió.
—Eso es muy bueno —dijo otro anciano.
—Aunque ya le hayamos pedido ayuda a Konoha, más ayuda nunca es mala —comentó otro de los ancianos.
—Sobre el rescate de Gaara, no es necesario. Es mejor que ese demonio muera —interrumpieron de pronto varios de los que están en el consejo.
Me quedé sorprendido. Esto no pasaba en el anime…
—¿Pero por qué? —preguntó Temari, con lágrimas asomándose en sus ojos.
—¿Por qué? Porque es un demonio. Solo lo hicimos Kazekage por miedo a su poder.
—¡Pero él los salvó a todos!
—Ese era su deber como arma de la aldea.
Ya no pude soportarlo más y liberé un poco de mi chakra, haciendo que toda la aldea temblara.
—¡Malditas momias! ¿Cómo se atreven a tratar así a alguien que los salvó?
Los ancianos no podían responderme debido a la presión y el miedo.
—Voy a dejar algo claro: voy a salvar a Kankuro y rescataré a Gaara. Y los llevaré a un lugar donde sí serán apreciados.
Hice una pausa, observando sus rostros aterrorizados.
—Y si intentan impedírmelo, destruiré esta miserable aldea y me los llevaré igual.
[Relación Temari +30] [Temari 60/100]
Acto seguido, Temari y yo salimos por la puerta, y dejé de ejercer la presión de mi chakra.
—Gracias —dijo Temari, acercándose y abrazándome con lágrimas en los ojos.
—No te preocupes. Curaré a Kankuro, rescataré a Gaara y los llevaré a un sitio donde serán valorados de verdad.
—¿Pero por qué hacer tanto por nosotros si solo nos conoces desde hoy?
—Porque sé que son buenas personas y, sobre todo, porque ahora son mis amigos —dije mientras la abrazaba con más fuerza.
[Relación Temari +10] [Temari 70/100]
—Este es el hospital —dije, viendo un gran edificio frente a mí.
—Así es —respondió Temari.
—Pues vamos a curar a tu hermano —dije mientras entrábamos al hospital.
Continuará...