Cherreads

Chapter 54 - 54) Audiciones

La cantidad de personas reunidas frente al teatro era simplemente asombrosa. Una interminable fila de animales de todo tipo —grandes, pequeños, terrestres, voladores y acuáticos— se extendía por varias calles, todos aguardando con gran expectación su turno para audicionar.

Era un evento que fácilmente podría haberse salido de control, pero para sorpresa de muchos, la multitud se comportaba con una sorprendente compostura. Aun así, por precaución, varias unidades policiales fueron enviadas al lugar para vigilar la situación y garantizar el orden público.

Finalmente, las grandes puertas del teatro se abrieron. La señora Crawly, el señor Moon y el misterioso humano, Riuz ZooBlack, aparecieron en el umbral. Un silencio denso cayó sobre la muchedumbre al instante. No fue por la emoción del evento, sino por el impacto visual de ver a un humano en carne y hueso. Su sola presencia acaparó todas las miradas.

Pero el silencio no duró. En cuestión de segundos, una oleada ensordecedora de emoción estalló entre los presentes. Nadie sabía qué hacía allí aquel humano, pero la simple posibilidad de estar tan cerca de uno provocó una euforia generalizada.

Buster Moon: "¡Damas y caballeros!" —anunció el koala con voz firme y clara, adoptando su característico tono de presentador—. "Les presento a mi estimado amigo y ahora compañero en la dirección de este espectáculo: ¡Riuz ZooBlack! Luego de enterarse del evento que está por llevarse a cabo en nuestra querida ciudad, ha decidido formar parte de esta aventura, apoyando nuestro proyecto y ayudándome en la dirección del show."

Moon estaba acostumbrado a los aplausos, pero lo que vino después superó todas sus expectativas. Por un instante, el silencio volvió, tenso y desconcertante, haciendo que el pequeño koala sudara y se preguntara si había cometido un grave error.

Pero entonces, como si alguien hubiese presionado un botón invisible, el rugido de la multitud estalló con aún más fuerza. Los gritos, aplausos y chillidos fueron tan intensos que tanto Moon como Crawly y el propio Riuz tuvieron que cubrirse los oídos. La energía era simplemente desbordante.

Buster soltó un suspiro de alivio, sonriendo con orgullo. La noticia de la participación del humano se esparció como pólvora a lo largo de la fila, avivando aún más el entusiasmo general.

Para contener a la multitud, varios animales vestidos con trajes negros y gafas oscuras aparecieron entre la gente. Con profesionalidad y presencia intimidante, comenzaron a ordenar la fila y mantener a los curiosos lejos de la entrada. Buster los miró con extrañeza, pero Riuz le explicó con calma:

Riuz: "Son mis escoltas personales. Están aquí para ayudarnos a organizar todo esto. Créeme, serán muy útiles."

Así, los tres —el koala, el camaleón y el humano— ingresaron nuevamente al teatro mientras los agentes escoltaban ordenadamente a los primeros participantes hacia el interior.

La gran audición estaba a punto de comenzar.

Sentados en la primera fila, Buster, Riuz y la señora Crawly se prepararon. Las luces se atenuaron ligeramente. Se alzó el telón.

Y entonces, uno por uno, los sueños comenzaron a desfilar por el escenario.

...

Riuz no tardó en notar lo diferente que era todo esto en comparación con lo que había visto en cierta famosa película. En Sing, sólo se mostraban los participantes más prometedores, aquellos que al menos eran decentes o mostraban cierto talento natural. Pero ahora que lo vivía en carne propia, se daba cuenta de que, detrás de esa edición pulida, había cientos —quizás miles— de intentos fallidos, de ilusiones rotas y actuaciones olvidables.

La fila en la puerta tenía sentido: muchos habían sido atraídos únicamente por la fama, el escenario o la promesa de un gran premio, sin tener realmente preparación o aptitud para el canto o el espectáculo. A los pocos segundos de comenzar, varios eran descalificados sin mayor contemplación. Aun así, entre ese mar de mediocridad, si se era generoso, se escondían algunas joyas.

"Got me looking so crazy right now, your love's got me looking so crazy right now..."

"Jump! Jump, jump, you might as well jump! You might as well jump!..."

"Oh my gosh, look at her butt. Oh my gosh, look at her butt..."

Las interpretaciones eran dispares. Algunas, simplemente ridículas; otras, con una chispa interesante. Los jueces tomaban notas, cada uno a su manera. Buster evaluaba con la mente puesta en el espectáculo: pensaba en puesta en escena, carisma, voz, y el impacto general del show. La señora Crawly se dejaba llevar más por su intuición: si algo le gustaba, asentía con entusiasmo. Si no, simplemente torcía el gesto.

Riuz, por su parte, observaba en silencio. Su cuaderno se llenaba de anotaciones, muchas centradas en la presencia escénica, pero sobre todo, en los detalles de personalidad que le llamaban la atención y claro, todas eran sobre participantes femeninas. Ya había hablado con Buster previamente: incluso aquellas que no fuesen seleccionadas serian elegidas por él para algo mas.

Su aparición fue distinta. Caminaba con decisión, ignorando los murmullos a su alrededor. Sin embargo, al ver al humano entre los jueces, su expresión cambió. Por un momento, se tensó. Se detuvo. Algo la perturbó profundamente.

"¿Es él?" pensó. El parecido era innegable. Un escalofrío recorrió su espalda. No sabía si sentirse intimidada, observada... o protegida. Por un instante, temió que su jefe hubiera aparecido, decidido a manipular la situación para asegurar su participación en el show. Un escalofrío la recorrió, sintiéndose vulnerable y decepcionada. Ella quería demostrar su talento por sí misma, y la idea de obtener un lugar por sus 'favores sexuales' la angustiaba.

Pero no era él. No del todo. Aunque había semejanzas físicas, este humano era más joven, más contenido, más frío incluso, sin barba y con una mirada distante.

Claro que este humano también la miraba con deseo, aunque de una forma distinta. Había algo menos personal en su mirada, más inquisitivo que apasionado. Rosita dudó por un instante, atrapada en la idea de estar siendo observada por alguien que, por un momento, confundió con su jefe. Eso la hizo vacilar.

Sin embargo, logró recomponerse. Respiró hondo, cerró los ojos y dejó que la música la guiara.

Su voz emergió con una belleza que sorprendió incluso a los jueces. Había algo nuevo en ella, una fuerza inesperada, una sensualidad que no era deliberada, sino consecuencia de un proceso de transformación profunda. La antigua Rosita, tímida y reservada, había dado paso a alguien más libre, más consciente de su cuerpo, aunque luego de ser follada incontables veces y tener su segundo despertar sexual, no era sorpresa. No fue solo una buena presentación: fue una declaración silenciosa de que había cambiado, y que ahora, en el escenario, podía ser ella misma.

Meena no corrió con la misma suerte.

Su timidez, esa muralla invisible que la había acompañado toda su vida, la traicionó justo cuando más necesitaba derribarla. Su voz jamás salió del todo. La canción que había ensayado una y otra vez se desvaneció antes de nacer. Y cuando bajó del escenario, lo hizo con los ojos llenos de lágrimas y el corazón quebrado.

Para ella, esto no era solo una audición. Era la oportunidad. Su familia atravesaba un momento crítico, y ella había conseguido varios trabajos para ayudar, todos breves, mal pagados, inestables. Había depositado sus esperanzas en este show como una tabla de salvación. Fallar la hundía más allá de lo que podía expresar. No sabía cómo volver a casa, cómo mirar a los ojos a su familia sin sentirse una decepción.

Lo que ella ignoraba —lo que ninguno de ellos sabía— era que su caída no había sido del todo natural. Agentes bajo las órdenes de Riuz habían estado manipulando aspectos clave de su vida: despidos orquestados, rumores, y sobre todo, una presión psicológica cuidadosamente calculada para empujarla hacia el borde. Incluso habían influido discretamente en su familia, sugestionandolos, reforzando la idea de que esta competencia era su única oportunidad real de redención. Fallar no era una opción… y eso la paralizó.

...

El trabajo duró hasta el anochecer. Y si no fuera por la intervención de las agentes de Riuz, todo habría sido aún más caótico. La noticia de que un humano estaba entre los jueces había corrido como pólvora. Cientos, especialmente hembras de distintas especies, llegaron al lugar sin ningún interés genuino en el canto. No buscaban arte, ni fama escénica, sino atraer la atención del único "ZooBlack" presente, con la esperanza de cambiar sus vidas a través de él.

Riuz actuó con rapidez. Ordenó filtrar cuidadosamente a las recién llegadas, descartando a aquellas que venían con intenciones superficiales. Sin embargo, si alguna fuera algo interesnte —aunque fuera mínimo—, recibía discretamente una tarjeta, una invitación reservada para oportunidades menos públicas, más selectas.

Finalmente, tras una larga jornada, solo unas pocas decenas de animales quedaban. Era el momento de la última selección.

Riuz, Buster y la señora Crawley intercambiaron opiniones en voz baja, afinando criterios, buscando un equilibrio entre espectáculo, calidad… y planes ocultos.

...

Mientras los jueces deliberaban, Rosita aprovechó el momento para alejarse detrás del escenario y hacer una llamada. Tenía dudas que no podía ignorar.

*Bip... bip... bip...*

Riuz (adulto): "¿Rosita? ¿Cómo te fue? ¿Ya terminó la audición?" —preguntó con tono curioso y expectante.

Rosita: "Sí... señor Riuz, yo..." —dijo, mientras echaba una mirada entre los telones al humano que conversaba con el koala en la mesa del jurado—. "Por curiosidad... ¿usted se involucró en esto para darme un lugar en la obra?"

Riuz: —¿Eh? No... no lo creí necesario. Te escuché cantar y confié en que podrías lograrlo por tu cuenta. Aunque claro, si hubiera querido ayudarte directamente, no habría sido difícil. ¿No pasaste la audición? ¿Necesitas que intervenga? No sé qué diablos está pensando ese director, tú claramente mereces un lugar.

Rosita: "No, no... aún no se decide nada. Es solo que... creo que estoy viendo a otro humano zooblack. Está entre los jueces y... se parece mucho a usted. Pensé que..."

Riuz: "¿Otro? "repitió, intrigado. "Dame unos segundos, voy a preguntar."

Rosita esperó con el teléfono en mano, observando al joven serio hablando con el koala. Su presencia era imponente. Su jefe no parecía estar mintiendo... pero algo no encajaba. No tuvo que esperar mucho.

Riuz: "¿Rosita? ¿Sigues ahí?"

Rosita: "Sí, señor."

Riuz: "Tienes razón. Hay otro humano involucrado… es mi hijo."

Rosita: "¿Su hijo?"preguntó, sorprendida. Aunque alguna vez había sospechado, escuchar la confirmación la dejó atónita. Sabía que su jefe tenía hijos, pero apenas hablaba de ellos. Cuando lo hacía, siempre eran recuerdos lejanos de su infancia—. "¿Y usted no lo sabía?"

Riuz: "No del todo. Es algo que está haciendo por su cuenta. Cuando los hijos crecen, vuelan lejos, y los padres no siempre podemos seguirles el ritmo. Estoy al tanto de algunas cosas... pero no de todo. No deberías preocuparte. De todos mis hijos, él suele ser el más imparcial. Si te preocupa que te complique las cosas, no lo hará. Aunque, si quieres, puedo hablar con él.

Rosita: "No, no... está bien. ¿Debería presentarme?" —preguntó con timidez. Sabía bien cuál era su lugar. Solo era una empleada… una sirvienta con beneficios. No era nadie importante como para conocer a la familia de su jefe. Pero aún así, la duda permanecía.

Riuz:"Haz lo que sientas correcto. Te esperamos aquí para que vengas con buenas noticias. Adiós, Rosita... y suerte."

El tono de llamada se cortó. Rosita guardó el teléfono, respiró hondo y regresó a esperar su turno. Pero en otro lugar, lejos del teatro, Riuz bajó el móvil con una sonrisa en los labios. No pudo evitar soltar una breve carcajada.

Se encontraba en lo profundo de su propiedad, en un laboratorio oculto bajo la mansión. Allí, varias científicas revisaban enormes contenedores de cristal, cada uno lleno de un líquido rosado. Dentro de esos tanques flotaban pequeños cerditos y cerditas, dormidos en un sueño artificial. Todos compartían algo en común.

Eran los hijos de Rosita.

...

Ya con todos los participantes frente a los jueces…

Buster: Muy bien… veamos… Me quedo con…

Buster caminó de un lado a otro, observando con atención a todos los grupos. Finalmente, señaló al grupo de las ranas y a cierta puercoespín, aunque sin contar a su pareja. Desde el fondo, el humano observaba la escena con evidente interés.

Buster: Bien, eso es todo por la selección de grupos.

Sonidos de descontento llenaron la sala.

Riuz (adulto): ¡Esperen! —exclamó alzando la voz, deteniendo a la multitud que ya se preparaba para marcharse—. Esto aún no termina. Todos los grupos femeninos, por favor, esperen un momento. Hay una segunda oportunidad que podría interesarles.

Con esas palabras, varios grupos de mujeres se detuvieron de inmediato, visiblemente emocionadas. Algunas, con una sonrisa confiada, sabiendo del peculiar interes de los humanos en las hembras, pensaron que su apariencia o carisma podría jugarles a favor. En cambio, los lamentos de los varones eliminados fueron aún más fuertes, resignados a haber perdido dos veces.

Mientras una de las mujeres de traje y Riuz organizaban a las participantes femeninas a un lado del escenario, Buster continuó con su selección. A diferencia del evento original, y tras una conversación previa con el humano, Johnny fue seleccionado directamente. Y claro, Rosita también quedó dentro sin problemas, aunque siguió emparejada con Gunter. Moon creía que una pareja de cerdos bailando juntos sería un atractivo particular para el show, ahora que ya tenían grupos y solistas definidos.

Del mismo modo que antes, Riuz (joven) subió al escenario junto a todas las participantes femeninas para hacer su propio anuncio.

Hizo una breve pausa para dejar que se calmaran antes de continuar:

Riuz: Se acerca el cumpleaños de mi padre, el actual patriarca de la familia Zooblack. Se está organizando una pequeña celebración en su honor, con un espectáculo privado para entretenerlo. Así que estoy aquí para ofrecerles la oportunidad de actuar en la mansión Zooblack, con un pago generoso por su participación. Quizá no sea tan alto como el premio de esta competencia, pero recibirán un 5% cada una del monto total… y si alguna logra llamar la atención de mi padre de forma positiva, habrá un bono adicional del 50%.

Varias participantes se mostraron entusiasmadas al oír eso. La idea de presentarse en una mansión de lujo y ganar una suma decente solo por actuar era más que tentadora. Todas prestaban atención, expectantes.

Riuz: Ahora... —sacó su lista y comenzó a leer—. Las SeaStars, Q-Teez, The Bunnies, Belle Melene, Lollipop Puffins, Sherry-Anne y su madre, y por último... las Spiders.

Las seleccionadas gritaron de alegría, algunas incluso saltaron emocionadas. ¡Cinco mil dólares por actuar, y cincuenta mil si lograban impresionar al patriarca Zooblack! Perder en el show de Buster Moon ya no parecía tan terrible.

Por supuesto, las que no fueron seleccionadas se sintieron algo decepcionadas… pero entonces:

Riuz: Para todas las demás, aún podría haber una oportunidad dentro de unos días, en otra fiesta. Si están interesadas, aquí tienen unas tarjetas.

Una de las mujeres trajeadas comenzó a repartir tarjetas entre las participantes restantes, mientras otra hacia de traductor para las pandas rojas que no hablaban el idioma.

...

Cuando Riuz volvió junto a los demás participantes seleccionados para el show de Moon, se topó con una escena curiosa: el pequeño koala acababa de notar un grave error en el monto del premio. Sin darle tiempo a reaccionar, Buster arrastró a la vieja lagartija, al humano y a su amigo Eddie hacia su oficina para discutir el problema.

La señorita Crawly rompió en llanto, completamente desconsolada. Suplicaba no ser despedida, afirmando que ese trabajo había sido toda su vida… aunque, en secreto, intercambiaba miradas cómplices con el humano. Porque, en realidad, nada de eso había sido un accidente: todo estaba planeado.

Buster: "Por última vez, señorita Crawly. No voy a despedirla. Ahora, por favor, cálmese y... suénese la nariz" dijo con frustración.

Señorita Crawly: "Lo siento..." dijo mientras se retiraba con la cabeza gacha.

Eddie: "Buster, ¿qué esperabas? Esa lagartija tiene como 200 años" comentó, sin notar que el humano no dejaba de mirarlo fijamente.

Buster: "Eddie, por favor... Mira, si tus padres pudieran prestarme el dinero..."

Eddie: "¿¡Cien mil dólares!?" se rió "¡Vamos, Buster!"

Buster: "¡Riuz! Tu familia..." mirando a Riuz con esperanza.

Riuz: "¿Qué parte de que esto es una prueba para mí no entendiste? No puedo pedir más dinero del que traje. De hecho, si hubiera sabido que solo ibas a ofrecer mil dólares de premio, me habría ofrecido a pagarlo todo desde el principio… incluso habría aumentado la cantidad."

Buster: "¡Cierto! Dijiste que pagarías la mitad y usariamos la otra para lo demas. Eso significa que tienes 50 mil dólares... Solo necesitamos usar esa otra mitad para completar el total."

Eddie: "¿Él trajo 100 mil dólares?" preguntó sorprendido.

Eddie no podía evitar sentirse intrigado. Su familia tenía una vieja conexión con la de Riuz, aunque por órdenes de su abuela, nunca hablaban del tema.

Riuz: "Lo siento, Moon, pero ese dinero ya no está. Empecé a gastarlo desde que llegué. Habría sido útil saber todo esto antes."

Buster: "¿Qué? ¡¿Cómo que ya no está?! Tenemos que recuperarlo."

Riuz: "No se puede. Ya se gastó."

Buster: "¿¡En qué!?"

Riuz: "Reparaciones."

Buster: "¿Qué clase de reparaciones cuestan 50 mil dólares?"

Riuz no respondió de inmediato. En su lugar, golpeó la pared con la palma abierta, y justo al lado de Moon, un pedazo del techo se desprendió y cayó al suelo con estruendo.

Riuz : "Esas reparaciones. En serio... ¿Qué clase de magia mantiene este sitio aún en pie?"

Buster: "Está bien... Podemos conseguir ese dinero. Lo conseguiremos."— dijo en voz alta, pero más para sí mismo.

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🔔 Aviso:

Lo siento mucho, chicos...

Estoy herido. Me han diagnosticado hernias bilaterales, y sospecho que podría haber otra más. Me está afectando bastante y necesito ver cuándo podré operarme, considerando todo lo que tengo que hacer antes... y, claro, las demás cargas de la vida.

Por eso, planeo dejar la escritura por un tiempo. Escribiré si puedo, pero no puedo prometer nada. 

Si alguien está apoyando en Patreon, pueden desuscribirse sin problema hasta que esté sano y activo nuevamente. Gracias de verdad por todo el apoyo hasta ahora.

📝 Comentario adicional:

Puede que algunos se pregunten:

"¿Puede un autor tener tantos problemas médicos?"

Y yo les respondería:

"Y eso que solo les conté algunos... ni se imaginan."

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