Attack on Titan es una historia que ocurre en un mundo plagado de guerras, conflictos de intereses, racismo y gigantescos titanes sin mente racional. El imperio de Marley es una potencia abrumadora, capaz de sustentar una guerra de expansión y conquistar contra gran parte del mundo. Usando a los Eldianos como armas, solo los mantenían vivos para ser usados casi como esclavos. Los Eldianos dentro de los territorios ocupados por los Marleyanos eran tratados como si de monstruos u abominaciones se tratan, ya que tienen la capacidad de transformarse en titanes sin mentes.
En un mundo aislado por la guerra, las muertes y las conquistas expansionistas, un grupo de Eldianos huyó a una isla alekado del imperio de Marley.
Aunque podrían haber sido masacrados enviando barcos cargados de tropas y equipamiento de combate moderno, todavía pesaba el miedo en sus corazones.
Los nueve titanes fundadores son las mayores armas en el mundo, y ese grupo de Eldianos era liderado nada más ni nada menos que por el portador del titán fundador. Tenían miedo del poder del titán fundador, capaz de alterar memorias de los Eldianos, convertirlos en titanes ya su vez controlar a todos los titanes sin mente racional.
El portador del titán fundador no quería la guerra y no usamos su poder para lanzar una ofensiva contra el imperio de Marley, optando por huir y encerrarse dentro de murallas para darle a su gente un lugar pacífico en el que vivir.
Es así que la isla termina llamándose isla Paradise, y tres monumentales murallas en su interior resguardaban a la población de Eldianos de los Titanes y la guerra al otro lado del mar.
William era tan solo un joven de 10 años, fue huérfano después de reencarnar, pero una amable pareja lo acogió debido a la buena relación que tenían con sus padres. En un primer momento no entendió nada ya que reencarnó cuando fue adoptado por aquella familia. Todos creyeron que el shock que sufrió al perder a sus padres le había hecho olvidar muchas cosas.
Solo William sabía que no había olvidado nada ya que no tenía recuerdos de antes de ser adoptado por aquella familia.
Elias Ackerman y Reika Azumabito eran los nombres de la familia que le había adoptado. Por supuesto que William supo de ambos apellidos, pero no recordaba sus nombres. Los Azumabito eran un clan noble de la nación de Hizuru mientras que los Ackerman tienen un linaje especial ya que fue el guardián de la familia real eldiana.
Ambos deberían ser figuras prominentes en el mundo de Attack on TItan, pero William no los reconocía de la historia. El hombre llevaba un sombrero de paja y una azada ya que era solamente un campesino, mientras tanto la madre era un ama de casa muy afable.
Solo fue hasta que William se fijó en la pequeña hija que aquella pareja tenía. Reika tomó a la pequeña niña y la sentó en su regazo.
"Saluda a Mikasa, a partir de ahora será tu hermanita pequeña", dijo Reika con una Mikasa de cinco años.
De repente sabía quienes eran esas dos personas que lo habían adoptado. Salieron en la historia original, pero fueron brutalmente asesinados por traficantes de personas cuando Mikasa tenía solamente nueve años.
"Que pequeñita." dije al verla con su pequeñito cuerpo que podría medir un metro y escasos centímetros. "Hola, soy William." y terminé tomándola de la mano y sacudiéndola como un apretón de manos.
Era una niña que me miraba con unos ojos claros y puros, probablemente sin saber quien era la persona que tenía delante suya.
"Mikasa, ¿Qué se dice?" dijo Reika con una voz dulce y apacible.
Para sorpresa de William, Mikasa se dio la vuelta y se abrazó a su madre. Reiko solo se rio al ver a Mikasa nerviosa por la cara nueva, después de todo vivían algo apartados del pueblo y no interactuaban con muchas personas por lo que Mikasa era bastante tímida y le costaba socializar.
"No le tomes importancia, es una niña muy tímida. Cuando te vea por la casa más a menudo dejará de ser tan tímida contigo." respondió Reiko con una suave sonrisa y una cálida mirada.
"Está bien." dijo William.
Al hablar con la familia de Mikasa, de la cual ahora William tambien formaba parte, sintió un gran malestar sobre su pecho. En un mundo roto como el de Attack on titan había innumerables personas sufriendo por todas partes, y lo peor de todo es que William sabía lo que pasó, está pasando y pasará pero no podía hacer nada.
No tenía la sangre de los Ackerman para volverse superhumano tras su despertar, y aunque tuviera la oportunidad de volverse un portador para alguno de los nueve titanes no se atrevería debido a la maldición de Ymir. La maldición de Ymir dictaba que todo aquel que heredara uno de los nueve titanes moriría luego de que transcurrieran 13 años.
Si William tuviera noventa años, probablemente lo heredaría sin preocupaciones, pero heredarlo con tan solo diez años sería prácticamente como suicidarse.
La impotencia ante las fuerzas que movían el mundo era abrumadora. La cálida sonrisa maternal de Reiko, el positivismo de Elias ante los desafíos del cultivo de varios campos de verduras, la tímida e inocente Mikasa... todo eso se había vuelto real para William. Ahora no era tan solo una serie que podía vérsela cuando quisiera.
Luego de preguntar el año, William supo que era el año 840. A solo 4 años del incidente de los traficantes de personas que acabaron con la vida de los padres de Mikasa y a 5 años de la primera aparición del titán colosal. ¿Con catorce años podría enfrentarse a los adultos? Aunque Eren lo hizo con diez años, era el protagonista por lo que no cuenta. Y en cuanto a enfrentarse al titán colosal que derribará la puerta o a los titanes que entrarán al distrito Shiganshina en el año 845, era totalmente inviable.
William era un amante de Attack on titan, pero tal vez son las cosas inalcanzables las que más queremos e idolatramos.William quería ser como los protagonistas de esta clase de historias, pero sabía que carecía de esa determinación inhumana para seguir avanzando frente a la muerte.
Si tan solo pudiera tener algo especial, como por ejemplo el despertar de los Ackerman, podría ser diferente, darle algo de confianza en su supervivencia. El problema es que fue adoptado por los padres de Mikasa y no tenía la sangre Ackerman.
Tumbado sobre el césped que rodeaba la casa de madera en la que vivían, no dejó de mirar al cielo mientras pensaba en los acontecimientos que sucederán en el futuro. Aunque Mikasa era como un gato, observándole desde la distancia tratando de no ser vista, Willaim estaba perdido en sus pensamientos.
*Ding*
[Sistema de Bleach activado]
"¿Eh?" soltó William al ver una ventana translucida entorpeciendo su mirada del amplio cielo azul.