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Chapter 56 - Rescate

Cuando la confrontación entre Magnus y Zouken comenzó, Morgan utilizó [Mayor teletransportación] para ingresar en la casa apareciendo en lo que parecía la habitación de un niño.

Sin demorarse salió de la habitación tratando de encontrar el lugar donde se encontraba la pequeña que debía rescatar, pero incluso con sus sentidos mágicos había lugares de la casa en los que no obtenía ninguna respuesta y, por lo tanto, era necesario investigarlos en persona. 

Cerca de ella logró percibir dos presencias, una sin ningún rastro de destreza mágica más allá del 1er nivel y la otra con un talento cercano al 4to nivel pero que, de alguna manera, estaba corrupto. Sin embargo, ambos eran adultos lo que los descartaba como objetivos de su plan. Sabiendo que, mientras más demorara más difíciles serían las cosas, Morgan se apresuró hacia los lugares en los que sus habilidades de percepción no lograban penetrar.

Una biblioteca en el segundo piso, un taller oculto tras una falsa pared y finalmente el sótano de la mansión. En los primeros dos sitios no encontró nada demasiado extraño más allá de algunos de esos escalofriantes gusanos familiares que fueron destruidos nada más verlos, pero al acercarse al sótano una extraña presión se hacía cada vez más presente como disuadiéndola de acercarse más. Eso se debía a los campos delimitados y barreras que protegían el lugar y que, para cualquier otra persona, habrían sido suficientes para obligarlos a alejarse o convertirlos en poco más que un vegetal con apariencia humana.

Los sonidos de la batalla en el exterior llegaban a través de las paredes y el brillo de los hechizos de Magnus llamaba la atención de cualquiera que los viera, por lo que antes de darse cuenta dos hombres habían bajado al primer piso, tratando de averiguar lo que estaba ocurriendo. Uno de ellos tenía el cabello azul, apariencia descuidada y apestaba a alcohol, cigarrillos y sexo; Morgan se dio cuenta que era la persona cuyo talento mágico ni siquiera alcanzaba a los magos de 1er nivel. El otro, aunque tenía un talento mucho mayor que el primero, se veía demacrado con su cabello blanco, su cuerpo débil, piel pegada a los huesos y uno de sus ojos completamente blanco. Al verla dirigirse al sótano ambos se congelaron por un momento tratando de comprender la situación, pero un momento después, como si comprendiera algo, el hombre demacrado atacó al otro de la nada noqueándolo de un golpe que Morgan notó que fue reforzado con magia.

- Por favor, sálvala - susurró antes de agarrarse el pecho y soltar un grito agonizante.

Kariya Matou detestaba a su familia y todo lo que representaba. El legado de la hechicería que debería ser una fuente de orgullo para cualquiera que conociera el mundo iluminado por la luna para él no era más que una maldición y algo de lo que quería escapar, después de todo, en la familia Matou solo había una existencia que podía llamarse un hechicero real y el resto eran solo peones.

Así había sido durante generaciones, el único hechicero Matou era el Matou original, Zouken.

Fue porque se dio cuenta de aquello que le dio la espalda a su familia hace tantos años y se alejó del mundo de la hechicería para no regresar jamás. Al menos eso se suponía, pero al enterarse de que Sakura, la hija de la mujer que amaba, Tohsaka Aoi, había sido entregada a la familia Matou para ser preparada como heredera, y sabiendo lo que eso implicaba, no dudó en regresar a la casa de su infancia con la intención de salvarla del tormento.

Logró establecer un trato con Zouken para ser él quien participara en la próxima guerra del santo grial y ganarla a cambio de devolver a la niña a sus padres. Lamentablemente, mientras él no cumpliera su parte, Sakura todavía se vería obligada a adaptarse a la hechicería de la familia Matou. Desde entonces Sakura había sido arrojada al nido de gusanos en el sótano de la mansión cada noche dónde los gusanos cresta de Zouken devoraban su piel buscando maneras de entrar en su cuerpo para comenzar su proceso de incubación. 

Había pasado casi un año desde entonces y Kariya estaba cada vez más desesperado ya que al pasar la marca del primer año los gusanos cresta que estaban incubando en el interior de la niña se transformarían en gusanos de lujuria y entonces el destino de Sakura quedaría sellado más allá de cualquier medio de salvación. No hay que ser un genio para entender qué son y cómo actúan los gusanos de la lujuria por lo que Kariya estaba al borde de su cordura tratando de encontrar una manera de rescatarla al darse cuenta de que, incluso si ganaba la guerra del santo grial, el tiempo de incubación ya habría pasado. 

Esa noche, como todas las demás, tuvo problemas para conciliar el sueño y se había quedado leyendo para tratar de calmar sus pensamientos y evitar que vagaran a lo que sabía que estaba ocurriendo en el sótano. 

De repente escuchó ruidos extraños desde el exterior de la casa marcando el inicio de una confrontación, algo extraño considerando que la guerra todavía no había comenzado y ningún hechicero cuerdo atacaría a otro dentro de su propio taller y aun así los sonidos eran innegablemente los de una batalla que poco a poco fue escalando en intensidad. Decidido a descubrir lo que estaba pasando salió de su habitación y en el pasillo se encontró a su hermano, Byakuya, quien también salió a ver qué ocurría. Al bajar al primer piso ambos vieron algo, o más bien a alguien, más allá de su imaginación.

Dirigiéndose hacia el sótano había una mujer de cabello lila y figura espectacular vestida con túnicas de alta calidad, podría ser confundida con una hechicera que había invadido la casa de no ser por el par de cuernos que la coronaban o las escamas moradas alrededor de sus ojos y escote. El shock momentáneo fue superado rápidamente al darse cuenta de la dirección en la que se movía la mujer y, sin dudarlo, Kariya uso [Refuerzo] en su mano antes de golpear a su hermano para dejarlo inconsciente (o muerto, pero no revisó).

Sabía que él solo no era suficiente para salvar a Sakura, pero tal vez esa mujer podría lograrlo por lo que depositó sus esperanzas en ella. No es que confiara por completo en una absoluta desconocida, pero en la situación que se encontraba lo único que Kariya tenía claro es que tanto la mujer como el atacante de afuera eran enemigos de Zouken por lo que decidió aplicar la filosofía del enemigo de mi enemigo.

Ni un segundo después escuchó en su mente la orden de Zouken exigiéndole enviar a Berserker en su ayuda. Esa fue la primera vez que se sintió feliz de obedecer las órdenes del anciano pues creía que Berserker sería el mayor obstáculo para la mujer y ahora había sido enviado a otro sitio, por eso, incluso mientras el dolor lo agobiaba por el uso de los gusanos cresta de Zouken al darle la orden, sus pensamientos eran increíblemente alegres y esperanzados. 

Morgan quien lo reconoció por las descripciones de Magnus como el maestro que representaría a la familia Matou en la guerra, siguiendo el plan, decidió salvarle la vida por el momento y con un movimiento de su mano usó [Mayor teletransportación] para enviarlo fuera de la propiedad, pero lo suficientemente cerca para que Zouken, concentrado en su batalla, no notara su ausencia. Cuando estuvo sola nuevamente se dirigió a la entrada del sótano que estaba protegida por al menos siete barreras diferentes, pero para ella no representaban un problema mayor y rápidamente las desactivó.

Al abrir la puerta se encontró en lo alto de una escalera que conducía a una habitación oscura donde, si no tuviera los sentidos de un dragón, no estaba segura de poder ver nada. Aunque en ese momento hubiera preferido no ver lo que estaba ocurriendo allí. Cientos, si no miles, de gusanos deformes se arrastraban por el suelo y las paredes del lugar, algunos incluso volaban de un lado a otro creando una visión verdaderamente asquerosa. Y justo al pie de la escalera una pequeña figura temblaba constantemente cuando esas viles criaturas se movían por su cuerpo.

La figura era, por supuesto, la pequeña Sakura a quien Morgan había venido a rescatar. Completamente desnuda, tirada en el suelo y con una mirada vacía en su rostro después de haber soportado la tortura que su nuevo padre y abuelo llamaban entrenamiento durante casi un año, la niña que alguna vez fue alegre, aunque tímida, se había convertido en algo más parecido a un caparazón vacío. Morgan observó todo en tan solo un momento antes de que los innumerables insectos que habitaban el lugar notaran su presencia y decidieran atacar.

Si solo fueran los gusanos, aunque los destruiría, tal vez no haría nada drástico, pero al ver el estado de la niña y como parecía incluso resignada a su situación una furia primordial que amenazaba con quemar todo a su paso surgió en el pecho de la Dragonewtt. En un segundo apareció frente a ella uno de sus muchos grimorios, pero a diferencia de la mayoría que eran bastante gruesos, prueba de los innumerables hechizos que almacenaban, y cuya encuadernación generalmente ostentosa indicaba el tipo de magia contenida, este era relativamente delgado, tanto que más que un libro parecía un cuaderno, y estaba forrado en simple cuero sin ningún rasgo llamativo.

Se trataba de uno de sus grimorios más nuevos y también uno que aún no estaba terminado del todo, pero que contenía un hechizo en específico que parecía creado para esa situación exacta. Su nombre provisional era Grimorio de Nazar, siguiendo la nomenclatura ideada por Magnus, y contenía todos los hechizos creados por magos del nuevo mundo que no existían en el juego. 

Después de obtener la clase Akasha Morgan obtuvo acceso a "todo el conocimiento mágico del mundo" pero eso no quería decir que inmediatamente conocía toda la magia, sino que al investigar podría desentrañar los secretos y el funcionamiento detrás de cualquier magia existente. Durante el período entre la obtención de la clase Akasha y el viaje a este mundo Morgan dedicó todo de sí misma a aprender los hechizos del sistema de nivel que no existían en Yggdrasil, es decir, aquellos creados por magos de Nazar y aunque todavía no conocía todos, sí había logrado aprender un total de 13 hechizos nuevos uno de los cuales fue: 

- [Potenciar magia] [Maximizar magia] [Perdición de las alimañas] 

Un círculo mágico de unos cuatro metros de diámetro apareció frente a ella y de allí surgió una espesa niebla blanca que, en menos de un suspiro, se extendió por toda la habitación. Allí donde llegaba la niebla los chillidos de los gusanos agonizando resonaban destrozando la quietud anterior del lugar y en solo un par de segundos todas las asquerosas criaturas habían sido destruidas. 

Lo curioso es que, incluso para ella, fue necesario invertir el 5% de su MP para acabar con todos los insectos en el lugar. Si bien puede parecer poco había que recordar que Morgan era una jugadora del tipo lanzador mágico de nivel 103 lo que pone su MP total en un nivel absolutamente incomparable para la mayoría por lo que obligarla a gastar el 5% de su total ya decía bastante sobre la cantidad de gusanos que había y la absurda vitalidad de estos. Además, desde que entró en la propiedad su MP había estado siendo consumido pasivamente a un ritmo que, para cualquiera por debajo del nivel 90, solo podría llamarse alarmante y de no ser porque su recuperación natural superaba el ritmo de consumo incluso ella se habría visto en un apuro si permaneciera mucho tiempo allí.

En ese momento se dio cuenta que, aunque eran mucho más fuertes que todos con quienes se habían encontrado hasta ahora, no deberían subestimar del todo los métodos de la hechicería. Después de acabar con los gusanos Morgan bajó las escaleras hasta donde la pequeña Sakura seguía en la misma posición desde el principio.

Al ver que los gusanos del abuelo fueron destruidos un pequeño rayo de esperanza brilló en su mirada, pero desapareció casi de inmediato al recordar que, incluso si los gusanos de afuera morían, ya había muchos en su interior. Morgan, sabiendo que ayudar a la niña a superar su trauma no sería tarea fácil y que ese no era el mejor lugar para una conversación, además de que pronto el maestro de aquellos gusanos notaría la extraña situación, usó un simple hechizo [Dormir] en la niña antes de cubrirla con una capa que sacó de su inventario y salir volando de la mansión. 

- Por mi parte está todo despejado, pero tengo muchas ganas de matar al maldito gusano. Dame espacio – se comunicó con Magnus por medio de un [Mensaje] y un momento después el brujo había llegado a su lado en el cielo. Entregándole la niña a Magnus convocó su Grimorio de destrucción masiva cuyo nombre se explica por sí mismo y, apuntando su mano hacia la residencia Matou, entonó un hechizo. - [Gran aniquilación] 

Un hechizo de noveno nivel especializado en la destrucción total de un área designada. Funciona encerrando el lugar objetivo en una barrera especialmente diseñada para evitar que nada pueda salir y desatando una tormenta de "llamas de Muspelheim" que no se extinguirían hasta que todo lo que estuviera dentro de la barrera hubiera perecido. De hecho, sirvió como inspiración para dos de los hechizos rúnicos más destructivos del arsenal de Magnus, [Infierno ardiente: Muspelheim] y [Despertar de Surtr]. 

Por supuesto el área designada esta vez fue la propiedad de la familia Matou. Un enorme círculo mágico se hizo visible en el suelo de todo el lugar y un momento después la barrera ya estaba establecida. De repente las llamas empezaron a rugir y aumentar su intensidad, la tierra se convirtió en lava, los árboles se incendiaron de la nada, la mansión, antes orgullosa, fue destruida por el calor del fuego infernal, los innumerables gusanos familiares murieron sin siquiera una oportunidad de intentar escapar. 

Nada ni nadie dentro de la barrera se salvó. 

Por supuesto, semejante espectáculo de luces a mitad de la noche no pasó desapercibido y muchas personas observaron fascinadas como el fuego aparentemente incontrolable parecía confinado en la propiedad Matou. Para los mundanos no tenía sentido que un incendio tan voraz se comportara de una manera tan extraña, pero aquellos iluminados por la luna notaron inmediatamente el asombroso campo acotado que limitaba la expansión descontrolada del fuego. 

Entre quienes se acercaron a ver lo que estaba ocurriendo se encontraba el supervisor de la ciudad y maestro de la próxima guerra del santo grial, Tokiomi Tohsaka, y su Servant invocado, Archer, quien se mantenía en su forma espiritual.

A pesar de ser rival de los Matou en la guerra, no podía dejar pasar un ataque tan flagrante contra una familia de hechiceros en el territorio que se suponía le pertenecía, eso sin contar que su hija menor había sido adoptada por esa familia y, viendo el estado del fuego que incluso después de diez minutos seguía ardiendo, tenía pocas esperanzas de que Sakura sobreviviera. Ocultar la verdad de lo ocurrido en el lugar a los mundanos iba a ser problemático, pero decidió encargarse del asunto él mismo pensando que tal vez así obtendría alguna pista del atacante y, cuando descubriera su identidad, le haría pagar con su vida por haber asesinado a su hija. 

Archer, por su parte, aunque impresionado por el nivel de hechicería usado para crear semejante espectáculo, estaba más concentrado en un punto en el cielo a unos doscientos metros de altura. Si bien no podía ver nada allí su capacidad de percepción le decía que había algo en ese lugar lo que lo dejó intrigado pues, sea lo que fuere, debía ser muy interesante y valiente para ser capaz de ocultarse incluso del rey. 

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Wenaaaassss

¿Qué tal el capítulo? ¿Creen que Sakura volverá a encontrarse con la familia Tohsaka?

Si les gusta la historia dejen una reseña y una piedra de poder.

Dejen sus opiniones en los comentarios.

Nos vemos!!!!

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