Cherreads

Chapter 20 - Capítulo 19: Artificial

El ambiente en el sótano de la zona de confinamiento era opresivo.

Aleph y Stelle se quedaron en silencio, observando la grotesca criatura que flotaba cerca del tubo de cristal roto. Su cuerpo era un amasijo de extremidades en proceso de división, plagado de insectos que emergían de su carne como si fueran una extensión natural de su existencia.

El sonido de su respiración era un gorgoteo bajo, como si cada inhalación filtrara la misma corrupción del entorno.

Y sus ojos… estaban fijos en Aleph.

[Maestro, tiene un nuevo reto.]

Aleph no apartó la mirada de la criatura, pero respondió en su mente.

"Aceptala, deberia estar relacionada con enfrentar esta cosa ¿Verdad? Al menos así obtendre más recompensas por esto."

El Rey del enjambre inclinó la cabeza, sus múltiples ojos destellando con un brillo extraño. Era como si estuviera analizando a su presa, evaluando su siguiente movimiento.

"¿Qué demonios es eso…?" Murmuró Stelle, aferrando con fuerza su bate.

Aleph inhaló lentamente, su mente procesando la situación.

"Si tuviera que adivinar… es lo que Ruan Mei intentó hacer en primer lugar. Según la información de Herta Jr, muy probablemente este sea un producto de su intento de crear un "Emanador Artificial", aparentemente buscaba hacer uno del ya fallecido Aeon de la Propagación, Tayzzyronth."

La mención de esto hizo que Stelle frunciera el ceño.

"¿Eso significa que se va a dividir en más?"

"Probablemente."

Y, como si respondiera a su afirmación, la criatura comenzó a moverse.

Con un sonido húmedo y desagradable, su piel empezó a abrirse, revelando más extremidades y fragmentos de su exoesqueleto, que se separaban de su cuerpo y caían al suelo.

Cada fragmento que tocaba el suelo comenzó a retorcerse y expandirse, formando más insectos que se esparcían por la sala.

En cuestión de segundos, lo que antes era una criatura monstruosa se había convertido en un enjambre viviente.

Aleph suspiró.

"Genial. Se reproduce más rápido que los conejos en primavera... No le digas a Pom-Pom que dije eso."

Stelle hizo girar su bate y se preparó para atacar.

"Entonces, los aplastamos antes de que cubran todo el maldito lugar."

Aleph sonrió ante eso, sonaba como un gran plan.

"Me gusta cómo piensas."

...

Los primeros insectos saltaron hacia ellos.

Stelle los recibió con un golpe descendente, destruyendo al primero en una explosión de fragmentos oscuros. Aleph, por su parte, invocó su bate de hielo y lo balanceó en un arco amplio, congelando a varios insectos a la vez antes de hacerlos añicos con un segundo golpe.

Sin embargo, por cada insecto que caía, dos más tomaban su lugar.

Los sonidos del chasquido de mandíbulas y patas arañando el metal del suelo se intensificaron.

Pudding y Cheesecake se mantuvieron cerca, sus pequeños cuerpos temblando de miedo.

"¡Son demasiados!" Transmitió Cheesecake en sus mentes.

Aleph retrocedió un paso, su expresión endureciéndose.

"Miserasbles bastardos, están regenerándose más rápido de lo que los eliminamos."

La idea de pelear sin cesar hasta desgastarse no era divertida.

Debían encontrar una manera de cortar el problema de raíz.

Stelle se percató de lo mismo.

"Voy por la cabeza."

Aleph sonrió con una chispa de diversión.

"Y yo limpio el camino."

Con un rápido movimiento, Aleph extendió una mano y activó Mabufu.

[ se actualizado a ]

Una explosión de hielo cubrió el suelo, congelando a un gran número de insectos. Pero en vez de golpearlos, Aleph hizo algo diferente esta vez.

Apretó su puño.

Y los cristales de hielo estallaron en una lluvia de esquirlas afiladas, perforando a los insectos restantes con un sonido seco y rápidamente congelando sus restos, eso en caso de que pudieran hacer nuevos insectos de sus cadáveres.

Mientras tanto, Stelle utilizó el impulso del ataque de Aleph para avanzar con velocidad, esquivando lo poco que quedaba de los enemigos menores.

El Rey del Enjambre dejó escapar un rugido gutural, y de su cuerpo brotaron más extremidades en un intento de bloquearla.

Pero Stelle no tenía intención de detenerse.

Saltó hacia adelante, girando su bate con una fuerza arrolladora, y lo descendió con todo su peso sobre una de las extremidades de la criatura.

¡CRACK!

El impacto destrozó la extremidad y envió ondas de choque por el cuerpo de la criatura.

Aleph aprovechó la distracción para moverse rápidamente, buscando una abertura.

El problema era que, incluso con sus extremidades destruidas, el Rey del enjambre no parecía estar en peligro real.

Seguía regenerándose, su cuerpo multiplicándose y alterando su forma con cada segundo.

Aleph apretó los dientes.

"Esto es malo."

Si seguían así, nunca lo acabarían realmente.

Debían encontrar un punto débil.

Burroughs finalmente hablo.

[Maestro, la regeneración de la criatura está vinculada a una estructura interna en su núcleo. Debe haber algo dentro que funcione como su "centro de propagación". Si lo destruye, evitará que siga multiplicándose.]

Aleph chasqueó la lengua.

"Bien, entonces encontrémoslo."

Activó Bufula, esta vez canalizando la energía en su brazo.

La temperatura descendió bruscamente cuando Aleph golpeó el suelo con su bate, enviando una oleada de hielo que avanzó directamente hacia el cuerpo principal del Emanador Artificial.

Por primera vez, la criatura reaccionó con una señal clara de molestia.

Un chillido agudo resonó en la sala cuando el hielo envolvió su torso, y su regeneración pareció desacelerarse por un instante.

Aleph sonrió.

"Te tengo."

Pero la criatura no iba a quedarse quieta.

Con un movimiento violento, sus múltiples extremidades se extendieron en todas direcciones, atacando tanto a Aleph como a Stelle al mismo tiempo.

Stelle saltó hacia atrás justo a tiempo para evitar ser aplastada, mientras Aleph rodó hacia un costado, esquivando por poco una garra afilada que iba directo a decapitarlo.

Los dos se reagruparon rápidamente, manteniendo sus ojos en el enemigo.

"¿Ideas?" preguntó Stelle.

Aleph giró su bate, apuntando a la criatura.

"Sí. Vamos a congelarlo por completo. Si no puede regenerarse y multiplicarse, será más fácil destruirlo."

Stelle sonrió.

"Entonces hagámoslo."

Los dos se lanzaron de nuevo al combate, listos para cambiar el rumbo de la batalla.

....

El rugido del Rey del enjambre hizo temblar la sala.

Las luces parpadeaban mientras la criatura continuaba su expansión. Más extremidades emergían de su cuerpo, cada una con un aspecto más grotesco que la anterior. El suelo crujía bajo su peso, y los insectos que lo rodeaban chasqueaban sus mandíbulas con ansias.

Pero Aleph y Stelle no tenían intención de dejar que la situación se saliera de control.

Aleph apretó su bate, el hielo acumulándose en sus alrededores.

"Lo congelare el mayor tiempo posible, trataré de encargarme también de los otros para que no tengas problemas en el camino."

Stelle asintió.

"Bien. Tú congélalo, yo lo destrozo."

Era un plan sencillo, pero efectivo.

Aleph avanzó primero.

Activando Bufula, canalizó el hielo en su cuerpo y lo liberó en el suelo con un golpe de su bate.

Un frío extremo se extendió por la habitación, formando una neblina densa alrededor de la criatura.

El Rey del enjambre reaccionó con un chillido gutural cuando su cuerpo comenzó a endurecerse. La propagación de sus extremidades se desaceleró, y los insectos a su alrededor empezaron a colapsar, congelados y destrozados en el acto.

Pero no iba a quedarse de brazos cruzados.

Con un espasmo violento, el núcleo de su cuerpo comenzó a brillar con un resplandor púrpura.

Aleph reconoció la sensación al instante.

"Mierda, va a hacer algo grande."

Sin perder tiempo, saltó hacia atrás justo a tiempo para evitar la explosión de energía que emanó de la criatura.

La onda expansiva sacudió la sala, derritiendo el hielo en un instante y haciendo que las luces titilasen con aún más fuerza.

Aleph aterrizó con una rodilla en el suelo, frunciendo el ceño.

"Maldito, parece que ahora también puede resistirse al hielo."

Stelle fruncio ligeramente el ceño.

"Entonces vamos a hacerlo rápido."

Se impulsó hacia adelante con una velocidad impresionante.

El insecto reaccionó, lanzando varias extremidades en su dirección.

Pero Stelle giró su bate con fuerza, desviando cada ataque con facilidad antes de dar un salto y aterrizar justo frente a la criatura.

"Hora de dormir."

Con toda su fuerza, golpeó su bate contra el núcleo de la criatura.

El impacto resonó con un CRACK ensordecedor.

El Rey del enjambre se estremeció, y una grieta se formó en su núcleo.

Pero aún no era suficiente.

Aleph lo notó de inmediato.

Se incorporó y levantó su bate.

"Stelle, hazlo retroceder. Necesito espacio."

Ella no preguntó por qué, simplemente obedeció.

Dio un paso hacia atrás y canalizó su fuerza en un segundo golpe, esta vez dirigido a una de sus extremidades para hacer que perdiera el equilibrio.

La criatura chilló cuando su cuerpo se inclinó hacia un costado.

Era el momento perfecto.

Aleph exhaló y activó Bufula una vez más, pero esta vez no lo dirigió al suelo. Pronto un corriente eléctrica se activó junto con l hielo.

La electricidad comenzó a acumularse alrededor de su bate en una capa gruesa y translúcida.

Aleph sonrió mientras lo veía, si alguna vez se volvió a encontrar con Flynn debería gradecerle por darle Zio.

Cuando sintió que el hielo y la electricidad estaban en su punto máximo, se lanzó hacia adelante con una explosión de energía.

"¡Vamos a ver si puedes regenerarte de esto, hijo de puta!"

Con un movimiento fluido, Aleph balanceó su bate con toda su fuerza.

El impacto fue brutal.

El núcleo de la criatura no solo se agrietó más.

Se rompió por completo.

Un BOOM resonó en la sala cuando la temperatura cayó de golpe, el frío expandiéndose en todas direcciones y cubriendo la criatura en una capa de escarcha tan gruesa que incluso su cuerpo, diseñado para la propagación, se vio completamente sellado.

La electricidad que lo acompañaba era menos potente pero eso no quería decir que no estuviera haciendo daño, más bien se colaba por las heridas creadas por el hielo causando estragos dentro de su cuerpo.

El Rey del Enjambre intentó moverse, pero su regeneración se había detenido.

El hielo lo había sellado por completo.

Aleph respiró agitadamente, observando su obra con una sonrisa de satisfacción.

"Eso es…"

Pero antes de que pudiera terminar la frase, Stelle avanzó y sin dudarlo, dio el golpe final.

Su bate impactó contra el cuerpo congelado.

Y con un crujido final, la criatura se hizo añicos.

El eco del golpe se desvaneció en la sala, dejando solo un silencio sepulcral.

Aleph exhaló y dejó caer su bate sobre su hombro.

"Bueno… eso fue divertido."

Stelle giró los ojos.

"Hablas como si no casi nos matan."

Aleph se encogió de hombros, mientras miraba hacia otro lado para evitar reírse, la electricidad que había liberado dejó un efecto bastante impresionante además del daño que causó.

El cabello de Stelle... parecía como si hubiera alcanzado la Fase 2 de Super Saiyajin.

"Detalles."

Antes de que pudieran continuar su conversación, Burroughs volvió a activarse.

[Reto completado: Exterminador]

Aleph sintió una oleada de energía recorriéndolo, y su expresión cambió al instante cuando la notificación apareció ante sus ojos.

[Nivel: 26]

[Puntos App: 40]

[Puntos de estado: 15]

[Recompensa obtenida: 2 Esencias]

La luz de las esencias apareció ante él, y Aleph entrecerró los ojos cuando reconoció la forma de una de ellas.

[Esencia de 4 estrellas consumida: Dante Sparda (SMT3)]

[Equipo obtenido: Ebony & Ivory obtenidas]

[Esencia de 5 estrellas consumida: Belzebub]

[Habilidad obtenida: Enjambre del Señor de las Moscas]

Una sensación extraña recorrió su cuerpo.

Y, en un destello de energía, las icónicas pistolas Ebony & Ivory aparecieron en sus manos.

Aleph las observó en silencio.

Y una sensación de disgusto y rechazo surgió.

Por alguna razón… no se sentía emocionado.

Había algo incómodo en la sensación de sostenerlas.

Stelle notó su expresión.

"¿Qué pasa?"

Aleph no respondió de inmediato.

Porque en ese momento, algo surgió en su mente.

Una pregunta que nunca antes se había hecho.

¿De donde surgía este rechazo?

¿Por qué tenia problemas con las armas de fuego?

El pensamiento lo golpeó con fuerza.

Se quedó en silencio, sin responder a Stelle, mientras los recuerdos se deslizaban lentamente en su mente.

Un televisor encendido.

Las voces de los reporteros narrando una tragedia.

Un tiroteo en una escuela.

Su padre, sentado en el sofá con una expresión tensa.

El plato que tenía en sus manos se había caído hace mucho tiempo y convertido en pedazos de vidrio en el suelo.

Su hermana, abrazando un cojín con fuerza, sin comprender del todo lo que pasaba.

El mismo derramando lágrimas.

Y luego…

El nombre de su madre entre las víctimas.

Aleph sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Abrió la boca, pero no pudo decir nada.

Stelle frunció el ceño.

"Aleph."

Él no respondió.

Sus manos temblaban ligeramente mientras miraba las pistolas.

Y entonces, se dio cuenta de algo aún más aterrador.

¿Cómo pudo olvidar algo así?

La pregunta lo dejó helado.

Se llevó una mano a la cabeza, sintiendo un peso extraño en su mente.

¿Acaso realmente tenía sus recuerdos completos en primer lugar?

********

El sonido del metal chocando contra el suelo resonó en la sala cuando Aleph dejó caer las pistolas.

No podía sostenerlas.

No quería sostenerlas.

Ebony & Ivory, armas icónicas, legendarias en las manos de Dante Sparda. Para cualquier otra persona, habrían sido una bendición, una herramienta de destrucción con un estilo inigualable.

Pero para él…

Para él solo eran un recordatorio de algo que no sabía que había olvidado.

Aleph sintió que su respiración se volvía pesada. Su mente estaba en otro lugar. En otro tiempo.

Stelle lo observaba con el ceño fruncido.

"¿Aleph?"

Él no respondió.

Sus ojos dorados estaban fijos en las pistolas en el suelo, pero no las veía realmente. Su mente estaba atrapada en un recuerdo incompleto, en fragmentos rotos de algo que nunca debería haber olvidado.

Su madre.

Un televisor encendido.

Los gritos de los reporteros.

Las imágenes de la escena.

Su padre, en completo silencio.

Su hermana mayor, sin comprender lo que acababa de pasar.

Y el nombre de su madre entre las víctimas.

Aleph sintió un escalofrío recorrer su espalda.

"¿Cómo… cómo olvidé algo así?"

El pensamiento lo golpeó con fuerza, como un puñetazo directo en el pecho.

No tenía sentido.

No había manera de que hubiera olvidado algo así.

Los recuerdos importantes, los recuerdos que definían quién eras, no simplemente… desaparecían.

A menos que alguien los borrara.

Su corazón comenzó a latir con fuerza.

[Maestro, por favor calmese. Esta comenzando a liberar magia elemental en el ambiente]

Pero Aleph no la escuchó.

No podía escuchar nada más allá del ruido ensordecedor en su cabeza.

Había huecos en su memoria.

Su padre... ¿Como se llamaba? ¿Como se veía?

Su hermana, podía recordar su nombre, su personalidad ¿Pero por qué no podía recordar más que eso?

No lo había notado antes.

Conforme pasaba el tiempo la expresión en el rostro de Aleph empeoraba. El hielo cubría el suelo a su alrededor mientras chispas eléctricas recorrían su cuerpo.

Stelle se acercó un poco más.

"Aleph. Contesta."

Su tono sonaba más serio ahora, casi como si empezara a preocuparse.

Aleph inhaló lentamente, obligándose a calmar su respiración.

Cerró los ojos un momento y presionó sus dedos contra su sien.

"Tranquilo. No pierdas la cabeza aquí."

Exhaló con fuerza y abrió los ojos de nuevo.

Stelle lo miraba fijamente.

Él se tomó un segundo antes de responder.

"Estoy bien."

No era cierto, eso era más que obvio.

Pero Stelle no lo presionó.

Su mirada se deslizó hacia las pistolas en el suelo. No pregunto de donde aparecieron, ni le importaba.

"¿Vas a recogerlas?"

Aleph las miró por un instante.

El solo pensar en sostenerlas de nuevo hacía que algo dentro de él se revolviera.

Pero no podía darse el lujo de rechazar un arma tan valiosa.

Con un suspiro resignado, se agachó y las tomó con cuidado.

No le gustaban.

Pero las llevaría.

Por ahora.

Por un momento, pensó en preguntarle a Burroughs si tenía acceso a sus recuerdos.

Si podía decirle si faltaba algo.

Pero luego decidió que no quería la respuesta.

No ahora.

Stelle miró el cadáver congelado y destrozado del insecto.

"Deberíamos irnos."

Aleph asintió.

"Sí."

Se giró y vio a Cheesecake y Pudding, que los observaban con sus pequeños ojos brillantes.

Parecían… asustados.

De lo que acababan de ver.

De lo que había estado en este lugar.

Aleph sintió otra punzada de incomodidad en su pecho.

Se agachó y extendió una mano hacia Cheesecake, quien, después de unos segundos de duda, se acercó lentamente y permitió que Aleph lo cargara.

Pudding, por su parte, se pegó a Stelle, temblando levemente.

"Nos vamos." Murmuró Aleph.

Sin decir nada más, los cuatro comenzaron a salir de la sala destrozada.

Pero incluso cuando dejaban el lugar atrás, Aleph no podía ignorar la sensación persistente de que algo dentro de él… no estaba bien.

Algo en su memoria estaba roto, su nombre no parecía ser lo único que había perdido.

Y ahora que lo sabía, no podría ignorarlo.

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El Robo del Siglo

Acto 1 – El Problema: La Cafetera Intocable

Toda gran historia tiene un comienzo. Algunos comienzan con héroes nobles, otros con traiciones épicas… y otros con una mujer furiosa porque alguien arruinó su café.

.....

El Expreso Astral estaba sumido en una inquietante calma. No una calma pacífica, de esas que invitan a la reflexión, sino una calma aterradora, como la que precede a una tormenta… o a la furia de una navegante privada de su dosis diaria de cafeína.

Himeko, navegante y pilar de la cordura dentro del Expreso, estaba sentada en su usual asiento en la cafetería. Su expresión era neutral, demasiado neutral, lo cual hacía que el ambiente se sintiera aún más tenso. Enfrente de ella, su taza de café humeaba levemente… pero algo estaba mal.

Lo observó. Lo olió. Dio un sorbo.

Y entonces, lentamente, posó la taza sobre la mesa.

Dan Heng, que estaba a unos metros, sintió un escalofrío.

Stelle, con una manzana en la boca, se detuvo en seco.

7 de Marzo, que estaba a punto de decir algo, súbitamente cerró la boca.

Pom-Pom, que entraba en la cafetería, sintió una advertencia por parte de su instinto de supervivencia y decidió irse.

Finalmente, Himeko cerró los ojos y suspiró.

"…Welt."

El hombre de lentes, que había estado fingiendo leer el periódico, bajó el papel lentamente y la miró con una expresión tranquila.

"Sí."

"¿Dónde está mi cafetera?"

Un segundo de silencio absoluto.

Dan Heng tragó saliva.

7 de Marzo empezó a sudar frío.

Welt simplemente se acomodó los lentes.

"En la bóveda."

Silencio.

Himeko apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó los dedos.

"…Explica."

Welt suspiró, cerrando el periódico con calma.

"Después del último incidente con tu "Café de la Resurrección" Dijo con voz serena. "Pom-Pom y yo decidimos que era lo mejor para la seguridad del Expreso… y la estabilidad mental de todos."

Himeko sonrió, pero no era su usual sonrisa amable.

"¿Ah, sí? ¿Y desde cuándo ustedes deciden lo que es mejor para mí?"

La temperatura en la habitación subió unos grados.

Dan Heng, con su instinto de supervivencia activado, empezó a alejarse lentamente.

"No lo tomes a mal." Dijo Welt, con una calma total. "Era una medida preventiva."

"Una medida preventiva." Repitió Himeko.

"Exacto."

Himeko cerró los ojos, inhaló… y luego simplemente se levantó.

"Entiendo."

Stelle levantó una ceja.

"¿Eso es todo?"

Himeko le dedicó una sonrisa que parecía salida de una película de terror psicológico.

"Claro." dijo dulcemente. "No pasa nada."

Se giró y salió de la cafetería con una tranquilidad inquietante.

Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Dan Heng dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

7 de Marzo se dejó caer sobre la mesa.

"Vamos a morir, ¿verdad?"

Welt, aún con la misma expresión serena, simplemente tomó un sorbo de su té.

"Probablemente."

*******

Mientras tanto, en el otro lado del Expreso Astral…

"¡¿La cafetera está en una bóveda?!"

Aleph casi se cae de la silla por la sorpresa. Frente a él, Stelle y 7 de Marzo asintieron solemnemente.

"Welt y Pom-Pom la sellaron después del incidente con el "Café de la Resurrección"".explicó 7 de Marzo.

"…¿El qué?"

"Ah, fue un experimento de Himeko. Se suponía que te mantenía despierto por tres días con un solo sorbo." Intervino Stelle, robando un trozo de pan de la mesa.

"Lo que hizo en realidad fue inducir alucinaciones y hacernos ver a Welt con traje de mariachi o con un vestido de princesa."

Aleph se quedó en silencio por un momento, procesando esa información.

"Okay. Eso es lo suficientemente aterrador como para justificar la bóveda." Dijo finalmente. "Pero igual… ¡no pueden simplemente quitarle su cafetera a Himeko!"

7 de Marzo asintió con gravedad.

"Exacto."

Stelle tragó el pan y se cruzó de brazos.

"El equilibrio del universo depende de ello."

Aleph se masajeó la barbilla, pensativo.

"Entonces… solo hay una solución."

Las dos chicas se inclinaron un poco hacia adelante, expectantes.

Aleph sonrió.

"Vamos a robar la cafetera."

7 de Marzo parpadeó.

Stelle ladeó la cabeza.

"…¿Así de simple?"

"Así de simple."

Silencio.

Luego, 7 de Marzo golpeó la mesa con entusiasmo.

"¡Estoy dentro!"

Stelle asintió.

"Yo también."

Aleph sonrió.

"Bien."

Se levantó, puso las manos sobre la mesa y los miró con intensidad.

"Formemos un equipo de élite."

**********

La Formación del Equipo.

Nombre Clave: Daredevil (Aleph)

Especialidad: Planificar estupideces imposibles y sobrevivir con la tenacidad de una cucaracha.

Nombre Clave: Bate Galáctico (Stelle)

Especialidad: Destruir cosas, rastreadora profesional de objetos perdidos en la basura.

Nombre Clave: Frost Byte (7 de Marzo)

Especialidad: Distracciones, manipulación y causar caos.

OBJETIVO:

Recuperar la Cafetera Sagrada sin ser detectados por Welt, Dan Heng y Pom-Pom.

SOLUCIÓN:

- Lo resolveremos sobre la marcha.

**********

El grupo se reunió frente a la bóveda de seguridad del Expreso Astral.

Era un enorme portón metálico con tecnología de última generación, escáneres de retina y un sistema de autodestrucción en caso de intentos de intrusión.

Frente a la bóveda, como un pequeño emperador protegiendo su reino, estaba Pom-Pom.

El conejo miró a los tres con desconfianza.

"…¿Qué están haciendo aquí?"

Aleph dio un paso adelante con su mejor sonrisa de chico confiable.

"Solo pasábamos por aquí."

"Esto es un pasillo sin salida."

"Así es la vida."

Pom-Pom entrecerró los ojos.

"…No están planeando nada raro, ¿verdad?"

Aleph puso una mano en el pecho, fingiendo indignación.

"¡Por supuesto que no!"

7 de Marzo asintió vigorosamente.

"¡Somos ciudadanos ejemplares!"

Pom-Pom los observó con una mirada larga y sospechosa.

Stelle solo levantó el puño y lo hizo crujir.

"Oye, Pom-Pom."

El conejo la miró con cautela.

"¿Sí?"

"¿Cuánto te costaría hacer la vista gorda?"

Silencio.

Pom-Pom cruzó los brazos.

"No hay precio lo suficientemente alto."

Aleph sonrió.

"¿Ni siquiera si te conseguimos pasteles de zanahoria ilimitados?"

Los ojos de Pom-Pom brillaron por un momento.

Luego carraspeó.

"¡No me sobornarán tan fácilmente!"

7 de Marzo suspiró.

"Entonces no nos dejas opción."

Pom-Pom se tensó.

"¿Qué van a hacer?"

Aleph se giró lentamente hacia Stelle.

"Rompe la bóveda."

La expresión de la chica se ilumino como un niño que dejan suelto en una dulcería sin supervisión.

Pom-Pom palideció.

"¡¡NOOOOOOOOO!!"

*********

Acto 2 – Misión de Infiltración: Engañar, Robar y Correr

Toda gran historia tiene un punto de quiebre. Un momento en el que los protagonistas deben decidir si siguen adelante o si retroceden… En este caso, la decisión fue inmediata: romper la bóveda.

...

Pom-Pom estaba en pánico.

No un pánico normal. No un pánico razonable.

No.

Era el pánico absoluto, ese que te invade cuando ves a Stelle, alias Bate Galáctico, estirando los brazos y calentando las muñecas como si estuviera a punto de golpear la entrada de la bóveda como si fuera una pelota de béisbol.

Con Aleph y 7 de Marzo haciéndole porras de fondo.

"¡¡ALTO, ALTO, ALTO!!"

El pequeño conductor del Expreso Astral se interpuso frente a la bóveda con los brazos abiertos, intentando bloquear la vista de los criminales en proceso.

"¡No permitiré que destruyan la bóveda solo porque quieren recuperar la cafetera de Himeko!"

Aleph cruzó los brazos y asintió con solemnidad.

"Entiendo tu preocupación."

Pom-Pom suspiró aliviado.

"Me alegra que al menos tú-"

"Por eso haremos esto por las malas."

"¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!"

"¡7 de Marzo, yo te elijo!"

Sin perder un solo segundo, 7 de Marzo extendió su mano y generó una cortina de nieve justo frente a Pom-Pom.

"¡Escarcha rápida!"

El pequeño conejo parpadeó al ver la ráfaga helada y cuando trató de moverse…

"¡¿Por qué estoy pegado al suelo?!"

"Es un pequeño truco que aprendí." Dijo 7 de Marzo con una sonrisa inocente.

Aleph se arrodilló frente a Pom-Pom y le dio una palmadita en la cabeza.

"Tranquilo. Solo estarás atrapado por…"

Pom-Pom lo miró con terror.

"¿Por cuánto?!"

Aleph sonrió y le dio un pulgar arriba.

"Digamos… lo suficiente para que no puedas detenernos."

Pom-Pom trató de moverse, pero su peludo cuerpo seguía atrapado en el hielo.

"¡Esto es ilegal! ¡Esto es injusto! ¡Esto es una violación a los derechos de los conejos!"

7 de Marzo asintió con gravedad.

"Lo es."

Pom-Pom se quedó en silencio.

"…¡¿Entonces por qué lo hacen de todas formas?!"

Aleph le dedicó una sonrisa amable mientras daba la vuelta y señalaba la bóveda.

"Porque el café nos necesita... Además, si hago esto tal vez Himeko olvide mi deuda con ella."

Pom-Pom sintió que iba a llorar.

....

El equipo de ladrones se encontraba ahora frente a la imponente puerta metálica de la bóveda.

Stelle se crujió los nudillos.

"Así que… ¿le pego?"

Aleph levantó una mano para detenerla.

"No todavía."

7 de Marzo miró la cerradura.

"¿Cómo planeas abrir esto?"

Aleph activo su Guantelete y sonrió.

"Tengo mis métodos."

Conectó el dispositivo a la consola de la bóveda y comenzó a teclear.

El sistema de seguridad parpadeó.

[Ingreso de contraseña requerida.]

Aleph sonrió con arrogancia.

"Hmph. Muy bien, vamos a hacer esto con estilo."

Introdujo una serie de códigos.

[Acceso denegado.]

"…"

Volvió a intentarlo.

[Acceso denegado.]

Stelle bostezó.

"¿Ese es tu "método infalible"?"

Aleph frunció el ceño y apretó más botones.

[Acceso denegado.]

7 de Marzo se cruzó de brazos.

"¿Estás hackeando o jugando al azar?"

"Sí."

[Acceso bloqueado. Sistema de seguridad activado.]

"…"

Silencio.

Aleph se giró hacia Stelle.

"Está bien. Ahora sí rómpelo."

Stelle sonrió con satisfacción y tomó su bate.

"Con gusto."

Antes de que pudiera dar un solo golpe, un nuevo mensaje apareció en la consola.

[Autorización de emergencia detectada. Apertura de bóveda en proceso.]

El equipo observó con sorpresa cómo la puerta de la bóveda comenzaba a abrirse lentamente con un ruido metálico.

Aleph arqueó una ceja.

"Espera, ¿qué?"

7 de Marzo parpadeó.

"¿Cómo?"

Pom-Pom, que seguía atrapado en el hielo, también observó la escena con horror.

"No… ¡NO! ¡Alguien los está ayudando!"

Los tres ladrones se miraron entre sí.

Stelle ladeó la cabeza.

"¿Creen que Himeko lo planeó?"

Aleph se encogió de hombros.

"Si es así, me está cayendo aún mejor."

Finalmente, la puerta de la bóveda se abrió completamente, revelando su contenido:

Filas y filas de cajas con artículos clasificados. Reliquias valiosas. Tecnología antigua. Documentos de investigación.

Una foto de Dan Heng con un pijama de T-Rex luchando contra un payaso.

Pero en el centro…

Sobre un pedestal con una luz iluminándola desde arriba…

Se encontraba…

La Cafetera Suprema.

Aleph sintió que una lágrima recorría su mejilla.

"Es… hermosa."

7 de Marzo se acercó lentamente, como si temiera que fuera una ilusión.

"Nunca había sentido tanta emoción por un objeto inanimado."

Stelle simplemente se acercó y la tomó sin ceremonias.

"Misión cumplida."

El equipo de ladrones intercambió miradas.

Se miraron unos segundos más.

Y entonces…

"CORRAN."

.....

Pom-Pom, que finalmente había logrado liberarse, se quedó mirando la bóveda abierta y el grupo de criminales escapando con la cafetera.

"…Oh, por todos los astros."

Rápidamente activó el sistema de emergencia del Expreso.

"¡INTRUSOS EN LA BÓVEDA! ¡INTRUSOS EN LA BÓVEDA!"

Las luces de alarma se encendieron por todo el tren.

[ALARMA: ACTIVADA.]

[PROCEDIMIENTO DE SEGURIDAD: INICIADO.]

Aleph, Stelle y 7 de Marzo corrían por los pasillos como si sus vidas dependieran de ello.

Y en realidad…

Sí dependían.

Porque un segundo después, Welt Yang apareció en el camino.

El hombre de lentes los observó con la expresión de un padre que acababa de ver a sus hijos cometer el peor error de sus vidas.

Silencio absoluto.

Los tres ladrones se quedaron inmóviles.

Welt cruzó los brazos.

"…Puedo preguntar qué están haciendo."

7 de Marzo se quedó callada un momento.

Y luego levantó una mano.

"Nos vamos a casa."

Welt cerró los ojos y suspiró profundamente.

"Dénme la cafetera."

Aleph sonrió.

"Welt… amigo… hermano mayor no oficial…"

"No."

"Escucha, Himeko necesita su café."

"No."

"No queremos hacer esto por las malas."

"No."

Stelle suspiró.

"Plan B, entonces."

Welt arqueó una ceja.

"¿Plan B?"

Aleph sonrió.

"Sí. CORRER."

Y sin previo aviso, los tres dieron media vuelta y huyeron en dirección opuesta.

Welt se masajeó las sienes.

"…No me pagan lo suficiente para esto."

Finalmente, se giró y empezó a caminar en su dirección.

"Supongo que tendré que detenerlos yo mismo."

***********

Acto 3 – Persecución en el Expreso Astral

En toda gran epopeya, llega un momento en el que los héroes deben escapar con su premio mientras el mundo entero conspira para detenerlos. En este caso, los 'héroes' eran criminales improvisados y el mundo entero era el Expreso Astral.

...

Las alarmas seguían sonando por todo el tren mientras Aleph, Stelle y 7 de Marzo corrían por los pasillos con la Cafetera Suprema en manos de Stelle.

El Expreso se había convertido en un campo de batalla.

"¡Aquí Pom-Pom! ¡Alerta de seguridad! ¡Se ha cometido un crimen de nivel desgraciado en la bóveda! ¡Los culpables están huyendo con un objeto de alto valor para la estabilidad del universo (y de Himeko)! ¡Deténganlos a toda costa!"

Welt suspiró mientras activaba su comunicador.

"Welt aquí. Me haré cargo."

Himeko respondió del otro lado, con tono despreocupado.

"¿Debería intervenir?"

"No."

"Oh, entonces seguiré bebiendo mi té."

"…Té."

Welt frunció el ceño.

"¿Qué le hiciste al café que quedaba?"

"Oh, lo usé todo esta mañana."

Silencio.

"Demonios."

...

Los tres criminales en fuga llegaron a una intersección en el Expreso.

Tres caminos.

Uno llevaba al segundo nivel, una escalera donde podían ganar altura y quizás evitar la confrontación directa.

Otro conducía a un pasillo lleno de puertas, lo cual les daba oportunidades de esconderse.

El último era… una ventana.

Aleph miró las opciones y se giró hacia Stelle.

"Dime que no estás pensando lo que creo que estás pensando."

Stelle ya estaba preparando su bate.

"Opción ventana."

7 de Marzo se llevó una mano al rostro.

"¡¿Por qué no podemos hacer las cosas con normalidad?!"

Aleph suspiró, pero sonrió con orgullo.

"Porque ese no es nuestro estilo."

Con un solo movimiento, Stelle balanceó su bate y destrozó la ventana.

El aire entró con fuerza.

Los tres se miraron entre sí.

Y luego saltaron.

....

El Expreso Astral se movía a una velocidad impresionante a través del cosmos, viajando entre dimensiones y galaxias.

Y allí estaban ellos.

Sujetándose de la parte exterior del tren, desafiando todas las leyes de seguridad.

7 de Marzo, agarrada a una barra de metal, gritó con el cabello agitado por el viento espacial.

"¡¡ESTO ES UNA PÉSIMA IDEA!!"

Aleph, sujetando la Cafetera Suprema, sonrió con una alegría demencial.

"¡¡PERO SE VE INCREÍBLE!!"

Stelle simplemente asentía con satisfacción.

"¿Vieron qué bien quedó el ángulo del salto?"

7 de Marzo casi se soltó solo para dejar de escucharlos.

Pero la paz duró poco.

Un portal se abrió frente a ellos.

Y de él…

Salió Welt Yang flotando con total calma, levitando como el sabio castigador que era.

Aleph y Stelle lo vieron acercarse lentamente, con su expresión de padre cansado lista para ser usada como arma psicológica.

Welt suspiró.

"Dénme la cafetera."

Los tres se quedaron en silencio por un momento.

Aleph miró a Stelle.

Stelle miró a 7 de Marzo.

7 de Marzo miró a Welt.

Welt miró a los tres.

Entonces, Aleph sonrió con confianza.

"NO."

*******

Si había algo que Welt no esperaba, era que intentaran pelear en el exterior de un tren en movimiento.

Pero allí estaba, esquivando golpes de bate de Stelle, ráfagas de hielo de 7 de Marzo y…

"¡¡MISILES DE CAFÉ!!"

Aleph le lanzó tres tazas de café hirviendo que había sacado de algún lugar.

Welt desvió las tazas con un gesto de la mano, su control gravitacional enviándolas de vuelta a Aleph.

Aleph apenas pudo esquivar la lluvia de café caliente.

"¡Maldición, Welt! ¡No te atrevas a desperdiciar este recurso sagrado!"

Welt simplemente lo miró con una expresión muerta.

"Devuelvan la cafetera."

"NO."

7 de Marzo intentó congelarlo con su escarcha, pero Welt simplemente la hizo levitar y la dejó suspendida en el aire.

"…Oye. Bájame."

"Solo si prometes comportarte."

"NUNCA."

"Entonces te quedarás ahí."

Aleph miró la situación con preocupación.

Welt estaba demasiado calmado.

Y cuando Welt estaba calmado, significaba que estaban jodidos.

Stelle intentó atacarlo por la espalda con su bate, pero Welt desvió el arma con una simple distorsión espacial, haciéndola girar en el aire.

Finalmente, se giró hacia Aleph, que todavía tenía la cafetera en sus manos.

"Aleph."

Aleph frunció el ceño.

"Welt."

"Sabes que esto es estúpido."

"Absolutamente."

"Entonces…"

"Eso no significa que me detendré."

Welt suspiró.

"…Lo sabía."

Con un simple movimiento de la mano, Aleph comenzó a levitar en el aire.

"¡¡¡NOOOOOOOO!!!"

La Cafetera Suprema flotó lentamente hacia Welt.

"¡¡NO ME QUITES LO ÚNICO BUENO QUE ME QUEDA!!"

Welt la tomó con calma y la guardó en su abrigo.

"Esto se queda conmigo."

Aleph cayó de rodillas en la superficie del tren.

"Maldita sea…"

Stelle suspiró.

"Bueno. Perdimos."

7 de Marzo, que todavía flotaba en el aire, se cruzó de brazos.

"Bájame primero y luego perdemos, idiotas."

Welt finalmente bajó a 7 de Marzo y miró a los tres con molestia.

"¿Terminamos con esta tontería?"

Silencio.

Aleph se levantó lentamente.

Miró a Stelle.

Miró a 7 de Marzo.

Y entonces sonrió.

"Sí."

"...pero solo por ahora."

Los tres ladrones improvisados se miraron entre sí.

Y aunque habían perdido la batalla…

Sabían que la guerra del café no había terminado.

*******

Acto Extra: Himeko lo Sabía Todo

De vuelta en el Expreso Astral, Himeko observaba la Cafetera Suprema en su mesa, mientras bebía su café.

Miró a Welt con una sonrisa.

"Sabía que se robarían la cafetera."

Welt suspiró.

"¿Por qué no los detuviste antes?"

"Porque era divertido."

Welt se masajeó las sienes.

"…Voy a necesitar otro café."

Himeko sonrió y tomó su taza de café.

"Si te descuidas, Aleph y Stelle intentarán robarla otra vez."

Welt cerró los ojos con resignación.

"Lo sé."

Mientras tanto, en un rincón del Expreso…

Aleph y Stelle observaban la cafetera a la distancia.

Aleph entrecerró los ojos.

"La tomaremos de vuelta."

Stelle asintió.

"Sí. Pero esta vez… con un plan mejor."

7 de Marzo los miró con incredulidad.

"Ustedes no aprenden, ¿verdad?"

Aleph sonrió.

"No. Y por eso nos quieres."

7 de Marzo suspiró.

"…Tal vez."

Y así, la historia del robo de la cafetera llegó a su fin.

Por ahora.

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