Capítulo 16
"ahora entiendo la recompensa, sabandijas, quememos esta ciudad y tendremos tantos tesoros que ni cabrán en nuestros barcos." Dijo el capitán vampiro mientras sus barcos estaban debajo de la superficie del mar, viendo como enormes cangrejos gigantes azulados iban a su posición y enormes hidras acuáticas.
El hombre con piel pálida y la piel de su cuerpo flotaba tanto por humedad o cortes mal curados, sus ojos rojos estaban fijos en las bestias que venían hacia ellos, bajo del mar podía ver como si estuviera en la superficie en pleno medio día, pero ahora los haces de luces hacían parecer a las bestias más atemorizantes pero sus subordinados ¿Qué no habían visto?
"¡cañones listos capitán!" grito su segundo al mando, el capitán alzo su mano y con fuerza la bajo, y en un instante los cañones de su flota comenzaron a disparar contra las criaturas, las cabezas arrancadas de cuajo, otras dieron de lleno destrozando la zona donde está el cerebro, la sangre comenzó a contaminar el mar azul pristiño, sin embargo, estas criaturas no eran pacificas, a pesar de seguir las ordenes de su amo, eran extremadamente territoriales en especial las escilas.
Estas bestias tenían diversas mejoras de nacimiento y por tecnologías investigadas por los filósofos, las bolas de cañón rozaban sus escamas o solo detuvieron su paso cuando golpearon su caparazón, las escilas tenían la mitad del tamaño de los barcos medianamente grandes de la flota del vampiro, sus cabezas fueron atacadas de forma constante y sin parar, pero tales disparos y daños fueron como acicalamiento para ellas.
Las cinco alargadas cabezas comenzaron a zamarrear a todo lo que encontraban, cañones, municiones, soldados, bestias e incluso rompieron los mástiles de un solo golpe e incluso con la fuerza de sus bocas arrancaron o destruyeron secciones del barco con tanto esmero debido a que entendieron que sin estas naves los tripulantes serian peces para pescar y comer con sencillez.
Las carcinos con sus grandes tenazas rompieron las proas de un solo golpe, al igual que los mástiles, quillas haciendo que el armazón del barco se separe solo, y lo más peligroso de ellos son sus bocas que escupen agua hirviendo incluso que asesino a varios tripulantes de forma lenta y dolorosa, y los menos afortunados eran agarrados por la tenaza más pequeñas y eran devorados vivos, sin embargo, los zombis al no sentir dolor solo volvieron a la oscuridad eterna de donde vinieron.
"¡capitán miren, nos están llevando a la superficie!" dijo su segundo al mando quien por poco evitó el ataque de una escila quien tenía de objetivo otro barco, el capitán miró como varias escilas que con fuerza llevaron a un barco de su flota a la superficie que aún tenía agua para expulsar por los ductos, fue acribillada con artillería griega y su nueva arma ahora que está en todas las ciudades y que es producida solo por la ciudad de Rodas.
Incluso la madera humedecida por años y años por estar sumergidos en el mar, la brea griega comenzó a extenderse y junto con sus tripulantes vitales y las tropas del capitán Vendaval el rencoroso fueron reducidos a cenizas y sus unidades espectrales fueron el objetivo principal de los gastrafitas quienes tenían armas de fuego mágicas, en pocas palabras este barco fue reducido a cenizas en pocos minutos.
"manda la señal, que vayan a la costa de Argos, que ignoren a sus bestias y que los cañones disparen directos a las- "pero sus palabras fueron interrumpidas cuando vieron al coloso de oro caminando hacia ellos, incluso escuchar las ordenes el vicecapitán Kroven el tuerto, dio la señal de ir a la superficie.
Todas las naves fueron hacia arriba y por mala suerte algunas fueron partidas a la mitad por el coloso y los que estaban en ella fueron comida o diversión para las escilas y carcinos, Vendaval sintió el calor del sol en su piel pálida y con sus ojos rojos vio una ciudad blanca con enormes estandartes azules con insignias de león rugiendo.
Incluso a varios kilómetros vio como los civiles se retiraban de forma ordenada y donde estaban ellos los ocupaban soldados que trotaban de forma ordenada y uniforme, en toda su vida en la piratería vio armaduras así e incluso las historias de los constructos de los pocos reyes funerarios despiertos se movían como los gigantes de oro de esta facción.
"Kroven creo que fuimos engañados." Dijo el capitán mirando la ciudad blanca y azul que comenzaba a calibrar sus artillerías contra su flota. "¿a qué te refieres capitán?" preguntó mientras veía como un cañón dorado comenzó a lanzar un proyectil incendiario que impacto por completo un barco, pero hacía mucho que prepararon los botes para atracar en la costa y en los muelles.
"somos peones de un juego mayor, todas las facciones sabrán el poderío de este nuevo reino gracias a quien nos contrató, nuestra gloria termino aquí, Kroven." Dijo mirando a su único y verdadero amigo desde que entró a la piratería, y él solo asintió mientras desenvainaba su espada y desenfundaba su pistola.
Sin embargo, no solo fueron atacados por tierra y bestias, el argos quien superaba con creces los trirremes y los barcos de asedio no solo en tamaño sino incluso en peso.
"almirante, solo de la orden." Dijo un hoplita quien era el segundo al mando de Arkantos. "destruyan sus barcos y demostremos que incluso en mar, el rey es invicto entre los suyos." Contestó el almirante, el segundo al mando fue directo al cuerno de guerra del argos y la orden de atacar fue dada.
"¡¿Qué están haciendo?! ¡¿acaso no romperán sus barcos?!" comentó un tripulante mientras veía como la proa de un trirreme se acercaba con intención de chocar. "¡contacto!" grito otro, pero lo último que esperaban era que su barco se rompiera en dos. "¡Audere est facere!" gritó un mirmidón quien saltó del trirreme y con su espada imbuida en magia atacó a un mournguls quien respondió con el mismo modo.
Con su fuerza desvió el alargado golpe del necrófago quien solo tenía el tren superior con sus órganos siendo arrastrados y llenándose de astillas, su boca alargada llena de dientes puntiagudos y su lengua de aspecto asqueroso colgaba balanceándose de un lado a otro, pero aun así a pesar de su altura y con solo sus brazos que usaba para moverse, ataca y se alejaba con agilidad del mirmidón y aun así no fue suficiente para no salir herido.
El mirmidón sin miedo fue hacia a él necrófago, pero este se abalanzó hacia él arrastrándolo por el barco que poco a poco comenzaba hundirse, los espectros que estaban arriba de sus corceles vieron como el mournguls se detuvo de la nada y como marioneta sin hilos cayó, y su cuerpo fue movido hacia al mar y el culpable era el guerrero dorado con falda blanca y escudo dorado.
"por el rey" dijo y más de los suyos fueron hacia los espectros quienes montaban caballos fantasmas lo cuales fueron hacia la infantería, pero parecían una muralla de hierro movible, porque a pesar de moverlos no pudieron romper sus filas ya que todas las armas de Grecia están imbuidas con magia provenientes de su dios y provistas por su rey.
"¡Arkantos! El enemigo se está derrumbando." Dijo el segundo al mando de la flota del almirante de Grecia, él vio que la batalla estaba ganada, los colosos finalmente emergieron y comenzaron a destrozar los barcos con facilidad y las bestias marítimas se dieron un festín constante e incluso los seres espectrales fueron devorados o atacados por la infantería de proyectil.
"¡Aurelius! ¿Cómo está el frente?" dijo el nombre de su segundo al mando, pero este solo lo miro con expresión oscura y negaba con la cabeza. "¿es tan malo?" preguntó preocupado por su rey. "la única zona estable es donde está el rey quien está acompañado de Belegar y su ejército, pero la frontera está en mal estado, no hay un solo día que no sean asediados sino fueran por las puertas están ya serian arrasadas, pero al menos los colosos destruyen a las monstruosidades y su artillería malévola de las ratas." Informo Aurelius.
En menos de una hora, la flota de los piratas vampiros fue exterminada hasta el último zombi y Prometeo, sin embargo, hubo problemas. "¡almirante! Obtuvimos esto de la cabina del capitán." Informo un gastrafita quien le entrego varios pergaminos de piel con letra imbuida en magia.
Poco después de entregar el soldado se retiró junto con los suyos para ayudar a limpiar el territorio marítimo de Grecia.
"¿Qué dice almirante?" dijo Aurelius al ver el rostro molesto de Arkantos. "Grecia fue puesta a prueba por el enemigo menos pensado." Dijo él. "¿Quién fue almirante? ¿el imperio? ¿bretonnia? ¿los enanos?" pero su superior negó cada respuesta. "los altos elfos fueron quienes hicieron esto."
Los soldados quienes escuchaban a escondidas detuvieron sus movimientos al instante y rápidamente se giraron al almirante. "¡¿Cómo que fueron los altos elfos?!" "¿acaso el rey no se va al imperio quien tiene de aliado a los altos elfos?" "incluso si muero, no dejare que el rey vaya al imperio" "incluso el rey los trataba como potenciales aliados, cuando los vea les tirare cenizas a sus caras."
Este último fue muy entendible, arrojar cenizas a alguien es para alguien que es muy odiado o un traidor, ya que significa condenar al destinatario al olvido eterno en el Hades, despojándolo de honra y legado. Las cenizas, asociadas con los restos de un cuerpo incinerado o un altar destruido, representan la anulación de la gloria o kleos, un valor central para los griegos.
"¿Quiénes son ustedes para detener el hacer del rey?" dijo Aurelius con tono serio y de reprimenda haciendo que los soldados se pongan firmes en un instante, pero en el fondo les dio la razón. "¿almirante, que hacemos?" preguntó él.
"que un kataskopos le de esta información al rey, si lo dejamos a último momento podría arruinar las relaciones con las demás facciones arruinando el plan del rey." Dijo mientras Aurelius ordenó a que llamaran a un explorador o mensajero griego, el almirante mientras tanto comenzó a escribir.
"¿Qué hacemos con estos pergaminos, almirante?" preguntó Aurelius que sostenía los pergaminos de piel esperando una respuesta. "aunque reconozco la magia, esta es como mucho más refinada que cualquiera, pero solo hay alguien que sabe de magia que el propio rey y es la señora circe, que alguien vaya a Eunomia nova de inmediato a darle esto a la hechicera." Ordenó y rato después la vida en argos se reanudo.
En Eunomia nova, campos dorados se veían incluso a kilómetros, los caminos adoquinados debido a las órdenes del rey habían aumentado la velocidad con la que traían las cosas o incluso hacían que los perdidos se encuentren con una ciudad asegurada debido a que los caminos estaban hechos para que llegues a una ciudad sí o sí.
Dentro de esta, había bullicio por todas partes, herrerías, escuelas, hospitales, campos de entrenamiento, plazas comunes o comerciales, boxeo griego, juegos de pelota, niños con armas de madera, guardias charlando entre sí, enormes estatuas de Víctor Securis, bestias míticas como hidras siendo acariciadas por niños.
O niños siendo lamidos por leones de nemea de forma cariñosa, centauros hablando con mujeres, adolescentes jugando o molestando a los minotauros, los pegasos sobrevolaban la ciudad de forma constante tanto de informes como de exploradores que investigaban si encontraban reliquias para el rey.
Pero había un explorador en una situación diferente al que le fue encomendada, Autólico nombrado personalmente por el rey como buscador de reliquias no estaba cumpliendo su deber debido a que estaba con circe no como segundo al mando o sirviente confiable sino como hombre relajando el estrés de una mujer soltera, en pocas palabras, tenía sexo de forma constante con circe quien pocas veces hacia su trabajo de señora de la ciudad como el resto de héroes.
Sin embargo, muy pocas veces era llamada por tales asuntos lo cual lo usaba para desestresarse con Autólico muy a diario, pero este era su secreto, incluso llegó usar magia ilusoria al capitán de Autólico haciendo creer que él estaba explorando con ellos ruinas o lugares recónditos dentro de Grecia y sus fronteras.
Su diversión fue interrumpida a la mitad debido a que sus pavos reales comenzaron a avisarle a través de su conexión mágica hecha por ella para prepararse, y vio a través de las hermosas plumas de los pavos reales que era un kataskopos a pegaso, le dijo rápidamente a Autólico que se escondiera lejos de las ventanas que solo tenían cortinas blancas para ocultar lo que pasaba dentro de su hogar.
En un instante cambio su reacción tanto por experiencia como por magia, y con mirada serena y seria fue a ver al mensajero.
"mi señora circe, el almirante Arkantos quiere que vea esto." Dijo el hombre mientras entregaba pergaminos y circe incluso desde antes que los sacara sabía que era algo mágico, al acercarse comenzó a ver los pergaminos de cuero, pero entre tantos solo dos tenían magia, ocultos a simple vista, pero aquellos que sintieron la magia de primera mano o la estudiaron reconocerían la sensación.
Era una magia muy pura, distintiva dependiendo de que saber estas estudiando, esta era muy perfecta como si el día a día estuviera siempre practicando magia, circe, aunque no la reconocía sabía que la próxima vez que sintiera la magia podía reconocer de donde provenía.
"¿dijo Arkantos de donde proviene esto?" dijo circe y el kataskopos extrañado la miro, el mismo vino aquí en la mañana cuando atacaron la ciudad de argos, pero aun así respondió. "el señor Arkantos dijo que proviene de elfos, pero estos estaban en manos de piratas de la costa del vampiro, pero no perteneces a una facción, actúan como mercenarios y trabajan para aquel que pague mejor." Respondió, y al no tener nada más que decir, agarró las riendas del pegaso y se fue volando.
Circe se quedó con los pergaminos por unos instantes más para recordar bien pero poco después se fue a su hogar, dejando los pergaminos de piel en su recamara y al darse vuelta vio a Autólico desnudo acostado en su cama grande de sábanas blancas, él estaba sonriendo alegremente y ella sin dudarlo fue hasta él, moviendo sus caderas de forma muy visible, se desvistió y los ojos del hombre fueron hacia el pecho de la mujer.
Ella solo lo beso y gemidos y gruñidos resonó en la habitación mientras que los pavos reales vigilaban la entrada.
Pero el ambiente tranquilo, relajante e incluso romántico de Eunomia nova no era comparable al de la ciudad donde estaba Arkon asediando junto con Belegar, la ciudad capital de las ratas del clan mors.
Su armadura de temática blanca se volvió roja oscura manchada con icor desconocido, tierra, lodo, lluvia e incluso pequeñas rocas de piedra bruja, sacando su lanza alargada de metal e imbuida en magia de la cabeza de una abominación, ya había dejado de contar a cuantas de estas bestias mato cuando superaron las veinticinco y a lo lejos las puertas de la ciudad skaven seguía expulsando estas cosas.
Pero más arriba en su cabeza, enormes llamas corrosivas iluminaron el día tormentoso, Belegar ideo un plan audaz, un ataque relámpago, Arkon en la superficie atrayendo a todas las ratas y Belegar inundando de humo y fuego el hogar subterráneo de los skavens, pero aun así no vieron a Queek, el arranca cabezas.
Lo que si vieron fueron el número de ratas que al parecer no tenían fin, las emboscadas de los skaven de salir bajo tierra se volvió tan común que incluso la infantería de proyectil ya tenía listas sus armas cuerpo a cuerpo para defenderse, las quimeras quemaban no a docenas sino a cientos de ratas con su fuego.
Las hidras se hicieron de un enorme banquete con las ratas ogros que mordían y los mandaban a volar matándolos con el impacto de la caída o contra la artillería skaven que explotaba haciendo una reacción en cadena con las otras.
Los hombros de la infantería de proyectil ya no los sentían incluso cuando tenían heridas abiertas, la magia skaven salía del cielo como rayos, golpes, maldiciones, mejoras, se volvieron muy comunes de ver al punto del puro instinto del guerrero avisaba y de forma automática se movían alejándose del peligro inminente.
Y entre las nubes oscuras miles y miles haces de luces fueron a los guerreros griegos e incluso hasta los aliados que estaban en el subsuelo, sus heridas, estrés, cansancio se esfumaron, al igual que la vida de las ratas cuando una enorme tormenta comenzó a lanzar rayos a todo que esté relacionado con las ratas, incluso sus estructuras no se salvaron.
"ruge amigo mío." Dijo Rexes quien lo hizo de inmediato y todas las ratas incluso aquellos que estaban kilómetros de la zona central del campo de batalla quedaron aturdidas, y de su mano derecha polvo y tierra comenzaron a salir de ella y con fuerza la dirigió a la ciudad con seguridad porque le aviso a Belegar que cuando usara el terremoto era la señal de atacar con todo.
La tierra comenzó a temblar con fuerza, las murallas, casas que aun sobrevivieron de los skavens, las torres de vigilancia hechas con piedra bruja, las artillerías, las bestias ratas del clan mors se movían de un lado otro e incluso se tropezaban y hacían caer a otras aplastando o matando debido a su peso.
Y esto no fue desaprovechado por Arkon, todas las armas a distancia comenzaron a disparar sus respectivos proyectiles casi sin apuntar, los monjes de la plaga, las alimañas, ratas ogro, abominaciones, artillería, brujos skaven, todo fue acribillado y al menos la mitad está muerta o mal herida porque del cielo aun no dejaba de escupir rayos que mataban a docenas de un solo golpe.
"¡Incontinenc!" rugió Arkon.
"¡Incontinenc!" gritaron mientras despedazaban.
"¡infirmis!" mientras Rexes de un solo mordisco mató a una rata ogro.
"¡infirmis!" dijeron con sed de sangre.
"¡etiam!" a la vez que su lanza atravesó por completo el cráneo de una abominación, matándola.
"¡etiam!" exclamaron para instantes después cercenaban cabezas o partían al medio a una rata.
Y al mismo tiempo hablaron.
"¡incridibilis!"
En el subsuelo, los draco hierros lanzaban constantemente llamas, los mineros minas explosivas mientras que los rompedores de hierro mantenían las líneas del frente como muralla, por suerte habían traído protectores para los oídos porque desde que comenzaron, la artillería nunca dejo de disparar proyectiles explosivos o llamas.
Pero todo quedó paralizado cuando la tierra comenzó a moverse sin embargo Belegar al mirar al techo notó que los pedazos de roca o tierra caían solo a las ratas, la señal había llegado y él ya estaba listo, la rata finalmente iba a salir del agujero de donde proviene y como los dos reyes de sus facciones pensaron, él salió a la superficie al no tener una salida para huir, lo cual solo tenía que luchar y esta vez para su supervivencia.
"probaran el acero enano." Dijo Belegar como las ratas se movían de un lado a otro tratando de apagar el fuego de su cuerpo, como sus vientres eran abiertos en par a par mientras sus órganos salían y la sangre cubría las armaduras de sus enanos.
"morirás rata inmunda, por atreverte a tocar mi reino y a mi gente." Dijo con veneno en su voz cuando descubrió a un pequeño pueblo enano al sur de la capital de karak ocho picos, sus cuerpos devorados por ratas más pequeñas, revoleados por las ratas ogro, piedra bruja en sus cuerpos para experimentar que es lo que ocurría cuando la piedra bruja toca algo que no sea carne skaven.
"rey Belegar, el rey Arkon rodeo por completo la madriguera de las ratas." Dijo un enano ingeniero con un rifle repetidor, un regalo del pueblo griego al clan Angrund, el rey enano vio como el cañón expulsaba vapor de tantos disparos haciendo que se caliente.
"traigan la brea, que el humo y el fuego los asfixie y los ase." Dijo Belegar, y el enano ingeniero disparó una bengala, la cual docenas de tanques enanos avancen y de sus cañones expulsen una brea negra como la noche misma, ratas, artillería, monstruos, bestias de cuatro patas, edificios, madera, piedra bruja fue cubierta.
"¡todos retrocedan ahora, rápido!" dijo el enano ingeniero, minutos después él mismo agarro el arma de un draco hierro y con un insulto disparo una llama, esta se expandió con tal rapidez que solo los dragones de los altos elfos podían compararse, los enanos incluso tuvieron que retirarse a cientos de metros para alejarse del calor, pero aun así sentían como su piel se quemaba.
Las lanzadoras de agravio lanzaban constantemente barriles de brea que al impactar creaban más fuego y más humo que iba a la superficie, con la tarea hecha los enanos saldrían para ayudar al joven rey humano contra estas monstruosidades creadas por el caos, no hay que tenerle piedad e incluso a sus crias y hembras embarazadas.
En la superficie, los griegos vieron una gran torre de humo negro e incluso sintieron como la temperatura subía a pesar de estar entre montañas y agua, Arkon miro a un capitán hetairoi y asintió, este último agarro un enorme cuerno de guerra y al soplarlo todas las tropas retrocedieron y comenzaron a formar.
A través de su casco, vio como las ratas hacían lo mismo pero esta vez vio algo diferente que el resto, nerviosas e incluso una especie de miedo. Perseo quien montaba un pegaso blanco se puso al lado de su rey, e incluso él sintió como las ratas miraban constantemente hacías como si quisieran evitar un ataque sorpresa.
"mi rey Arkon ¿quiere que me encargue personalmente de él?" dijo Perseo quien tenía en su brazo izquierdo la cabeza de medusa.
"no nos vamos a arriesgar, cuando tengas la más mínima oportunidad conviértelo en piedra." Dijo con seriedad Arkon quien levantó su lanza con lentitud la bajo, los hoplitas, mirmidones e hipaspistas trotaron uniformemente, la artillería estaba lista al igual que la infantería de proyectil, las bestias míticas corrieron hacia las ratas, la caballería tanto común como la monstruosa como pegasos y leones de nemea fueron a los flancos.
Sin embargo, las ratas tenían artillería tanto dentro como fuera de la ciudad e incluso las propias torres de piedra bruja comenzaron a disparar, rayos de disformidad, piedras grandes o diminutas e incluso magia salieron de las ratas blancas, magia de muerte, rata, oscura, fuego y demás.
Pero ellos no eran los únicos magos del campo de batalla, la piel blanca, el pelaje marrón e incluso blanco se volvieron de bronce, e incluso sus armas y estructuras de madera de la artillería griega se volvió de bronce, del cielo cayeron innumerables rayos que impactan en las creaciones mutadas de las ratas o incluso en sus torres que disparaban sin apuntar al ejército humano.
Al otro lado de la ciudad, los cañones enanos y sus tanques comenzaron a concentrar en destruir las murallas para tener un pase libre completo, dispararon la zona donde estaba la puerta la cual cayo entero aplastando a los guerreros de elite entre los skaven, y los primeros en entrar fueron los tanques.
Volviéndolos en pasta de carne por su peso, las ratas veían como sus armas creaban chispas o rebotaban en las gruesas capas de metal, y antes de que pudieran reaccionar, los matadores entraron en escena, desenfundando las armas de enorme calibre y con más de diecisiete disparos y en su mano derecha su hacha, crearon una carnicería y una orgia de sangre y balas.
De los dos lados del campo de batalla, dos enormes explosiones resonaron, Belegar y Arkon vieron que era la segunda señal, el rey de Grecia fue con la caballería monstruosa para liderar la carga, los minotauros cargaron con fuerza mientras mugían y la saliva salía de sus bocas de toro, ellos como flecha fueron directamente a una de las tantas puertas que tenía la ciudad skaven.
Sus cuerpos fueron plagados de heridas, flechas, rocas, laceraciones, armas envenenadas, magia caótica pero su única misión ahora era derribar la puerta, sin embargo, las ratas que estaban atacando a los enormes minotauros tuvieron que retroceder porque las hidras con sus múltiples cabezas y armaduras de oro cubriendo sus cuerpos aparecieron causando que la línea de las ratas se desmorone haciendo que la caballería liderada por su amo pase sin obstrucciones.
Los ciclopes balanceaban sus garrotes de madera de un lado a otro y a las abominaciones las levantaban con un solo brazo mandándolas lejos o en dirección a la muralla de la ciudad, y eso conllevo a que estén en constante ataque de la infantería de proyectil de las ratas o de sus magos.
Y cuando el rey humano llegó con sus jinetes hetairoi montando leones de nemea, las puertas fueron derribadas tanto por golpes de cornamenta como atacada por los incesantes golpes de hachas de los minotauros, pero la mirada del joven rey estaban fija en una rata cuando vio una armadura roja con estacas empalando cráneos humanos y de otros seres.
Los dos se miraron fijamente, ojos rojos fríos y frenéticos y ojos marrones claros que estaban serios y estáticos, los dos tenían sangre tanto del enemigo como por atacar a ratas cobardes, barro que ensuciaban sus armaduras pero que la lluvia de ahora estaban lavando, Queek en ningún momento había comenzado a pelear, pero Arkon si, el vapor caliente que salía de su casco espartano era visible, cansado, pero no exhausto.
Queek agarra con fuerza su maza y cuchilla curva y Arkon dobló la fuerza de agarre de su lanza larga, la mirada de Rexes estaba fija en la rata, pero paso a la bestia debajo de ella, un horror de cria que era gigante entre las suyas y a pesar de eso no era comparable a la estatura del rey de los leones de nemea.
Su altura a la cruz era igual de alta que en donde estaba Queek, era ventajoso pero su jinete tenía que usar mucha fuerza para que su lanza no se salga de sus manos cuando inserta a un enemigo o cuando su león este esquivando los golpes de bestias de gran tamaño como las abominaciones o cuando agarra por completo la cabeza y los hombros de las ratas ogro.
Rexes comenzó a rugir de forma amenazante mirando al horror de cria, incluso los enanos al otro lado de la ciudad con explosiones y tanques rondando cerca podían escuchar el rugido del león.
Las alimañas que eran más grandes, inteligentes, disciplinadas y capaces de usar armas más pesadas que las ratas del clan, estas formaron una línea impenetrable, sus armas largas como lanzas, alabardas, tridentes miraron hacia al regimiento de hetairoi montando leones de nemea.
En los techos de las estructuras e incluso en las ventanas, las ratas con armas a distancia apuntaban a la zona general del regimiento.
"tomare tu cabeza-cabeza, solo eres un rey más de los que tantos hay, Arkon el imperioso." Dijo Queek con energía apuntando su arma mientras hacia un gesto de cortar, como si ya podía saborear de cortar la cabeza de este rey en ascenso.
"esta es mi venganza Queek, por atreverte a matarme en mi propia nación, juro ante mi dios que le presentare tu cabeza desangrada y se lo daré a las sombras del hades para que se den un festín con tu alma putrefacta." Dijo con veneno Arkon mientras su lanza apuntaba al líder del clan mors.
Y al instante después el rugido poderoso de Rexes aturdió a todo que no sea aliado de Grecia, el objetivo del león era el horror de cria y su compañero al jinete rata, sin embargo, Queek no era un líder en vano, al microsegundo siguiente se recuperó y con un chillido despertó al resto, pero no era suficiente porque la carga comenzó mucho antes del rugido.
Las primeras tres líneas de alimañas fueron rotas con garras, espadas, lanzas, mazas, luceros del alba, escudos y los que le siguieron fueron la infantería de elite de Grecia, los mirmidones con escudos en alto avanzaron con velocidad mientras penetraban con sus espadas los cuerpos de las ratas, pero estas no eran las mejores en vano.
Debido a su fisiología sus piernas eran fuertes y con mucha fuerza explosiva, una alimaña con su alabarda golpeo de lleno el torso de un jinete de león, este aturdido miro el cielo y mordiéndose la lengua quiso levantarse, pero su cabeza fue mal cortada, sintió como la sangre era expulsada tanto por su cabeza como por su cuello y al final murió desangrado.
Un mirmidón fue rodeado por cinco alimañas quienes lo atacaron con sus cuchillas curvas, pero en un momento una de ellas salto sobre cuando quiso atacar y separando su cuello sobre su armadura le clavó los dientes arrancándole un buen pedazo de carne y con ello termino desangrándose de forma lenta y dolorosa mientras veía como era apuñalado una y otra vez.
El león de nemea fue rápidamente bombardeado por armas imbuidas con la energía de las piedras brujas haciendo que su piel resistente al metal sea abierta con facilidad, pero su increíble vitalidad lo mantuvo despierto y aun con energía, todo lo contrario, a su jinete que estaba colgado sin vida en su montura, este se balanceaba de un lado otro debido a que una rata tuvo un tiro certero con su arma a distancia.
Por otro lado, las ratas del lado de Belegar fueron diezmas metro por metro, ninguna estuvo a salvo y finalmente llegaron al centro de la ciudad quienes estaban en una lucha encarnizada con los griegos, los primeros en ir fueron los matadores, con sus magnum y sus hachas y como refuerzos fueron los rangers con rifles de repetición.
Los espectros que acompañaban a Belegar fueron de inmediato a apoyar al rey humano quien ahora perdió su lanza o era caer al suelo donde se vería rodeado por la elite skaven, él saco un rifle de repetición para buscar a Queek, pero este había desaparecido haciendo que mire para todos los lados y debido a eso se dio cuenta que venias docenas de ratas ogros, pero había algo diferente en sus manos.
"¡retro!" gritó con fuerza y tomo las riendas de Rexes haciéndolo que se meta entre las estructuras skaven y eso es porque las ratas ogro tenían cuchillas en sus manos imbuidas por completo en piedra bruja, aun así, hubo muertes desafortunadas entre los leones de nemea, algunos incluso llegaron a cercenarles las cabezas, abrir sus vientres y sus órganos esparcidos por el suelo sin embargo fueron rápidamente detenidos por la infantería.
Arkon sin querer arriesgar a su amigo tuvo que retroceder, lo último que querría es recibir una emboscada de Queek estando sin su fiel amigo, al ponerse detrás de sus hombres vio al otro lado de las ratas ser arrasado por los enanos quienes comenzaron a concentrarse en las ratas ogro mutados, pero parecían que no había de que cayeran incluso cuando un regimiento entero de rangers le disparen a uno solo inclusive.
Sin embargo, más y más enanos comenzaron a ayudar, pero eran la elite del ejército de Belegar ya que el resto fueron a ayudar al ejército griego en las afueras de la ciudad que aun todavía sigue siendo un caos, pero al menos uno controlado, la columna de humo seguía expulsando ratas sin embargo eran de las más bajas de la pirame jerárquica de los skaven, e incluso sus hembras aun embarazadas podían matar a algún que otro humano o enano que se descuide por un segundo.
La lluvia que había provocado por convocar constantemente el poder divino de Hera, tormenta, hizo que innumerables nubes blancas se volvieran negras haciendo que se arma un aguacero que ya había comenzado a acumularse tanto dentro como por fuera de la ciudad.
Los hoplitas formaron un muro de escudos y sus lanzas era aún más largas que la de las ratas, estas eran las llamadas sarisas que median al menos diez metros, y siendo blandida por dos hoplitas más corrieron con fuerza y comenzaron a empalar ratas provocando que los hoplitas de la primera fila avancen sin embargo esto fue frustrado por las ratas ogro que aun había en la ciudad skaven, pero su paso fue detenido por los mirmidones que saltaron el muro de escudos dorados de Grecia.
"¿Dónde te escondes maldita rata?" dijo Arkon mirando incluso las sombras de las edificaciones destruidas y prendidas fuego de la ciudad, los ciclopes rompieron las murallas haciendo que más soldados entren y el ruido afuera de la ciudad comenzaron a menguar y las explosiones las estaban reemplazando.
"¡rey Arkon, vaya al frente rápido!" grito un hetairoi arriba de un león de nemea, el joven sin dudar fue siguiendo al hombre y lo que vio lo puso tenso, fue Perseo a merced de Queek quien tiene su cuchilla es su garganta.
"atrape a tu guardia personal rey-rey de Grecia, ni con tus poderes divinos puedes resucitar un cadáver" dijo Queek quien apretó su hoja en la garganta de Perseo que había comenzado a sangrar debido a los varios hilos de sangre que fueron fáciles de ver.
"mi señor Arkon, perdóneme, quería demostrarle que no soy menos que los demás." Dijo Perseo con expresión de culpa y enojo.
"¿Qué quieres a cambio Queek?" dijo Arkon debido a la situación, no quería perder a un héroe legendario pero estos días él ya se convirtió en un amigo debido a que hubo momentos en el que casi sale mal herido si no fuera por él.
"la cabeza de tu guardia." Dijo y empujándolo con su pierna, Arkon lo vio incluso miles de kilometro lo que iba hacer, pero sus palabras quedaron en su garganta, la espada curva de Queek separo la cabeza de los hombros de Perseo y con agilidad la atrapo, riéndose le lanzó la cabeza la cual con precisión llego a las piernas de Arkon.
Todos quedaron en silencio, incluso algunos no lo podían creer, Perseo el asesino de medusa murió en combate, algunos tenían una relación cercana a él lo cual hicieron soltar lágrimas, otros tenían miradas de rabia pura y cruda, sin embargo, observaron a su rey quien levanto la cabeza del héroe.
Aún tenía los dientes apretados sabiendo lo que pasaría después de empujarlo, Arkon vio como la poca vitalidad que tenía la cabeza de Perseo en sus ojos, sus ojos verdes brillantes se opacaron, él quedó en silencio y solo apretó la mandíbula, le entregó la cabeza a un soldado que tenía a su lado, incluso el casco que ocultaba su expresión todos podían sentir su enojo, las venas de sus brazos comenzaron a aparecer y desabrochando el gancho de su silla de montar, se bajó.
Saco su espada y ajustando el agarro de su escudo fue al frente de la línea con el resto de soldados.
"Vindicta mea est, ego vindico" dijo con veneno en su voz, y todos entendieron que cualquier que se atreva a atacar a Queek, respondería ante su rey después.